La estimulación eléctrica cerebral con electrodos aplicada sin dolor será una práctica habitual en diez años para mejorar el rendimiento intelectual, mientras que la implantación de chips en el cerebro permitirá escribir con la mente a grandes discapacitados y curar algunas enfermedades neurológicas.
Estos son algunos de los avances en los que están trabajando los neurocientíficos, que hoy han expuesto estas novedades en la presentación de la jornada sobre estimulación cerebral en Barcelona.
Según los expertos, la estimulación cerebral sin dolor a través de electrodos podrá mejorar el rendimiento mental de las personas sanas, como lo hacen el café u otras bebidas energéticas, e incluso podrán estimularse con patrones personalizados.
Según ha explicado la neurocientífica del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) y líder científica de B·Debate, Mavi Sánchez Vives, entre los avances próximos para pacientes con parálisis figuran «poder escribir mensajes de texto y controlar otros dispositivos domésticos con el implante de un chip en el cerebro». Además, «podrán registrar la actividad cerebral, analizarla en línea y escribir pensamientos y navegar online».
De hecho, según Sánchez, la neuroestimulación eléctrica de zonas determinadas del cerebro ya ha demostrado beneficios para tratar los síntomas de una depresión, bloquear los ataques de una epilepsia, inducir la recuperación de un ictus o controlar los temblores del parkinson.
Durante los próximos 10 años, también se avanzará en las prótesis sensoriales y en las visuales, que generarán estímulos en la corteza cerebral y podrán proporcionar información visual a invidentes mediante una interfaz cerebro-ordenador.
Agencias