Conducir y beber poca agua es tan peligroso como ingerir alcohol

Se nos ha advertido del peligro de los conductores ebrios, pero un curioso estudio advierte un nuevo peligro en la carretera: los conductores secos o deshidratados.

Un nuevo estudio dice que ponerse al volante cuando se está deshidratado hace a la persona tan peligrosa como estar bajo la influencia del alcohol, detalla una nota del periódico británico “Daily Mail”.

La investigación, realizada por la Universidad de Loughborough, Inglaterra, mostró que conductores que bebieron 25 miligramos (unos dos sorbos), en lugar de los 200 recomendados, cometieron tantos errores como si se encontraran bajo la influencia del alcohol.

Es decir, los investigadores señalaron que los niveles de errores de los conductores deshidratados presentan una magnitud similar a los cometidos por personas con un contenido de alcohol en la sangre.

“Todo el mundo sabe que conducir en estado de ebriedad o bajo influencia de estupefacientes aumenta el riesgo de accidentes. Nuestros resultados destacan un peligro no reconocido aún: sugieren que los conductores deben ser alentados a asegurarse que están correctamente hidratados”, explican los investigadores.

Además, los voluntarios deshidratados cometieron más del doble de errores frente al volante, en comparación con los que estaban bien hidratados.

Entonces, ¿cuánta agua hay que beber? La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomienda que las mujeres deben beber 1,6 litros (ocho vasos) de líquido por día, los hombres dos litros (diez vasos) y niños pequeños 1.3 litros (6½ gafas), señala la nota.

La investigación refuerza otra realizada por la Universidad del Centro de Nutrición Humana de Nebraska (Estados Unidos), que informó de que los jóvenes deshidratados se hacía más difícil de pensar, recordar o coordinar sus extremidades.

También, hace referencia a otro estudio de exploración del cerebro, realizada por los psiquiatras en el Kings College de Londres -en el 2010- encontró que 90 minutos de la sudoración constante puede reducir el tamaño del cerebro tanto como un año de envejecimiento.