Una proteína presente en el veneno del ciempiés puede resultar más efectiva que la morfina para combatir el dolor crónico. Y, lo que es más interesante, no genera efectos secundarios, según un estudio realizado por investigadores australianos y chinos y publicado en la revista PNAS.
El hallazgo, resultado de la inoculación del veneno del ciempiés chino de cabeza roja (Scolopendra subspinipes mutilans) en ratones, puede contribuir al desarrollo de nuevos analgésicos, según ha indicado Glenn King, investigador de la Universidad de Queensland. No en vano, como apunta King, «los artrópodos venenosos como ciempiés, escorpiones y arañas encontraron hace más de cien millones de años que la mejor manera de matar a un insecto es dirigirse a su sistema nervioso y paralizarlos», algo que los humanos podríamos usar a nuestro favor.
En sus experimentos, los científicos se centraron en el estudio de los canales de sodio dependientes de voltaje, unas proteínas humanas que juegan un papel importante en la emisión de señales eléctricas a las neuronas y células excitables. Concretamente el trabajo se centra en Nav1.7, una proteína que es crucial en la transmisión del dolor y cuya mutación provoca una ausencia de esta sensación en los seres humanos.King y sus colegas descubrieron que el veneno del ciempiés chino de cabeza roja tiene 150 veces más de posibilidades de afectar selectivamente al Nav1.7 sobre los otros canales de sodio.