En la pequeña región de Yeli, al noreste de China, habita Jia Haixia, un hombre que nació con cataratas congénitas y que perdió el otro ojo en un accidente laboral. Su amigo, Jia Wengi, perdió ambos brazos en un accidente cuando tenía tres años. Ahora ambos llevan más de 10 años plantando miles de árboles para reverdecer el lugar donde habitan.
Todo comenzó en 2001, cuando cansados de ser rechazados en múltiples trabajos debidos a sus limitaciones, decidieron alquilar al gobierno un local con una porción de tierra. La idea de ambos era sacar adelante a su familia pero, principalmente, dejarles un mundo mejor a sus hijos. Así, comenzaron a plantar árboles.
Cada día salen a las siete de la mañana, llevan como herramientas: una barra de hierro y un martillo. Para cruzar el rio, Jia Wenqi carga sobre su espalda a su compañero ciego, para llevarle al pedazo de tierra en el que están desarrollando su labor.
Cabe decir que hace 12 años, en esas llanuras, solo había rocas y malezas.