El tiempo pasa y cada día te preocupas más porque el hombre de tu vida todavía no ha tocado la puerta. O ha llegado en algún momento, pero en vez de haber sido el príncipe azul que creías se convirtió en un sapo al que no quieres ver más. Y lo que es peor, la mayoría de tus amigas ya tiene pareja y tú desesperas porque a veces te sientes sola.
¿Te has identificado con la situación? Seguramente sí. Sin importar si son lindas, buenas o exitosas, muchas mujeres no tienen suerte en el amor y en vez de esperar por la llegada de un novio, desesperan por tenerlo.
¡Eso no debe ser así! Estar enamorada siempre es muy lindo, pero estar solteras también tiene sus ventajas.
Valoras tu independencia. Si un día quieres viajar y vivir en otra parte del mundo, puedes hacerlo sin consultarlo a nadie. Si otro día quieres quedarte tirada en el sofá viendo televisión, puedes hacerlo también. Cuando no tenemos pareja, podemos hacer lo que queremos cuando queremos.
Puedes conocer varios hombres. Las chicas más liberales aprovechan de su soltería para estar con muchos hombres y de hecho, no está mal, pues no tienen compromiso con nadie. Otras prefieren esperar y no se animan a las aventuras casuales. De cualquier manera, una mujer soltera no tiene que rendir explicaciones a nadie y vive su soltería a como le de la gana.
Tienes tu propia identidad social. Cuando tienes pareja, las salidas se hacen en mutuo acuerdo. Cuando estás sola, puedes ir adonde quieres, cuando quieres: no tienes que escuchar una sola opinión de más.
Más tiempo para las amigas. Cuando tienes una relación seria, debes modificar tu rutina para que funcione: tienes que organizar horarios, sacrificar tu tiempo y así naturalmente dejas de ver amigos o familiares que sin novio verías con más frecuencia.
Evitas problemas cuando no funciona. Si eres soltera, no vives el dolor ni la humillación de una infidelidad. Nadie puede lastimar tus sentimientos.