Lizzie Velásquez sufrió una terrible decepción de sí misma a los 17 años cuando ingresó a YouTube y se encontró con un video titulado La mujer más fea del mundo, le ganó la curiosidad e hizo click y sorprendentemente, la mujer del video era ella.
Cuando leí los comentarios me hundí del todo, comenta Lizzie: ¿por qué la tendrían sus padres?, que la quemen, debería suicidarse, fueron algunas de las publicaciones que tenía el video.
«Lloré noches enteras. Era apenas una adolescente y pensé que mi vida había acabado», recuerda. «No pude contarle a nadie sobre el tema. No les dije nada a mis amigos. Estaba demasiado impresionada».
Lizzie tiene, de nacimiento, dos enfermedades. Una de ellas, el síndrome de Marfan, que es una afección de los tejidos conectivos y se caracteriza por un aumento inusual de la longitud de los miembros. El segundo es la lipodistrofia, que provoca una distribución anormal de la grasa corporal.
Cuando nació pesaba 1,2 kilos y los médicos dijeron que no tenía muchas posibilidades de sobrevivir y que, en todo caso, tendrían que cuidar de ella por el resto de su vida.
El resultado ocasionado de ambas enfermedades provoca que para Velásquez sea prácticamente imposible ganar peso, no importa cuánto coma. Su historia médica se escribe con una cirugía ocular, otra de oído, reconstrucción total de los pies y muchas pruebas de densidad ósea.
En consecuencia, la joven ha sufrido todo tipo de discriminación desde la infancia. El primer día en la guardería, por ejemplo, sus compañeros retrocedieron al verla, por miedo.
Hoy en día, Lizzie tiene 26 años, mide metro y medio y pesa 27 kilos. Se trata de la mujer más delgada del mundo. Perdió la vista del ojo derecho y tiene una discapacidad en el izquierdo, se fractura con facilidad el pie derecho debido a que no tiene grasa en el talón y acude a revisiones de corazón para saber si el síndrome de Marfan afectó o no dicho órgano.
No obstante, sus padres la han ayudado en todo momento y le reiteran día a día que siempre debe caminar con la cabeza alta. Por ende, Lizzie ya perdonó a los autores de aquel video que le ocasionó un mar de lágrimas en determinado momento e incluso se encuentra realizando una campaña para que el gobierno de Estados Unidos apruebe un proyecto de ley federal contra el acoso escolar.
Agencias