Se llama Lacey Wildd, es estadounidense y quiere llegar a una talla triple Q en sostén. A pesar de que se ha hecho 36 cirugías va por más. Tiene 46 años, seis hijos y ha estado en dieta para llegar a la talla cero. Quiere ser una «caricatura andante» o una nueva «Barbie Humana».
Lacey, sin embargo, duda. Un doctor le advirtió que si seguía incrementando la talla de sus senos, arruinaría su cuerpo. Por eso busca un doctor que le haga la operación. Y de hecho, así comenzó su adicción a la cirugía plástica, con implantes de senos. Ya ha gastado 30 mil dólares en tres implantes de nalgas. Eso sí, no halla ropa que le quede o no puede cocinar por miedo a quemarse.
«Estoy orgullosa de ser plástica. He gastado un cuarto de millón de dólares para construir el cuerpo plástico más extremo del mundo», afirma, citada por el portal Cosmopolitan. Ha tenido 12 cirugías de pecho, liposucción, trabajo con la nariz y aumento de barbilla.
Agencias