Ninguna persona está exenta del llanto. Tristezas, alegrías y hasta por una cebolla, descargamos sentimientos a través de nuestros lagrimales. Pero ¿Sabías que las lágrimas, dependiendo que las motivó, se ven diferentes bajo el microscopio?.
Gracias a la fotógrafa Rose-Lynn Fisher, que puso en marcha un proyecto con el nombre de «La topografía de las lágrimas», podemos saber que bajo el microscopio, cada lágrima con motivaciones diferente, se ven en estructura, diferentes. Ella tomó cada lagrimas, discriminando el porqué de su origen, las secó y las estudió con pontentes microscopios electrónicos de barrido con los que se magnificaron sus minúsculas estructuras, lo que reveló formas sorprendentes y abstractas, invisibles al ojo humano.
Todo este trabajo trajo como conclusión que existen tres tipos de lágrimas: las causadas por emociones extremas como la alegría, la de tristeza, las basales, que se generan para mantener la córnea lubricada (de 0,75 a 1,1 gramos cada día) y las reflejas, que son causadas por cebollas o gas, y que son generadas por la respuesta a un agente externo.
«Empecé el proyecto en medio de un montón de cambios y pérdidas, así que tenía un excedente de materia prima…todo lo que vemos en nuestra vida es solo la punta del iceberg, visualmente hablando», aseguró Fisher de manera simpática en una entrevista para la revista de artes y ciencias, Smithsonian.
Pero lo interesante de esto es que, dependiendo de la circunstancia, y a pesar de que la composición básica de la lágrima permanece constante, existen cambios químicos menores en las mismas, según lo que las motivo y en función del área del cerebro que se active a cada estímulo.
«La química, la viscosidad, el ajuste, la tasa de evaporación e incluso el miscroscopio puede influir», asevera Fisher.
Agencias