En los últimos años la obesidad infantil ha ido en aumento; en España un 16% de los niños padecen obesidad. Los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo característicos de nuestra sociedad actual han tenido un efecto perjudicial para nuestros niños. Las consecuencias a las cuales nos enfrentamos son variadas y perjudiciales para la salud de estos niños.
Además de enfermedades, tales como diabetes, hipertensión y colesterol, los niños también padecen efectos psicológicos. Los niños que padecen de sobrepeso, suelen tener una autoestima baja y una gran dependencia afectiva. A continuación, les presentaremos, cómo prevenir la obesidad infantil.
Información. Concurre a un centro informativo o a un centro hospitalario para obtener todos los detalles acerca del tema. Cuando concurras al médico con tu hijo consúltale todas las dudas que tengas respecto a la obesidad infantil. Dependiendo de la edad del niño, las formas de prevención varían, a pesar de compartir ciertas características, como por ejemplo buenos hábitos alimenticios, ejercicio físico, etc.
Hábitos alimenticios. Las rutinas alimenticias son verdaderamente importantes. Desde pequeños debemos enseñarles a nuestros hijos la importancia de realizar las cuatro comidas básicas sin ningún distractor presente. Es así, que recomendamos que mientras se coma, no estén el televisor o el ordenador encendidos. De esta manera, inculcamos a nuestros hijos, que la comida requiere un momento del día, el cual se debe disfrutar, y no debe representar una conducta automática que se realiza mientras hacemos otras actividades.
Alimentos. Tómate un tiempo y trata de informarte acerca de la variedad de comidas que contengan verduras, carnes rojas y blancas, frutas, entre otras. Evita que tu hijo consuma comida rápida y golosinas en exceso. También recomendamos evitar el consumo diario de bebidas que contengan azúcar, en cambio, éstas pueden ser sustituidas por agua. Trata de estimular el consumo de frutas en lugar de comidas que contengan harina.
Ejercicio físico. Desde pequeño estimula a tu hijo a realizar deportes. Todos los deportes que sean colectivos son positivos, ya que no solo estimulan el ejercicio físico sino también la interacción con otros niños de su edad. Trata de fomentar la actividad física diaria como por ejemplo, caminar, subir escaleras, etc.
Evita el sedentarismo. Reducir al máximos las actividades sedentarias, también contribuye a prevenir la obesidad infantil. Recomendamos tratar de evitar que tus hijos estén varias horas frente al televisor, el ordenador o realizando actividades que motiven el sedentarismo. En su lugar, estimula las actividades al aire libre y que impliquen actividad física.
Familia. Es importante que todo el núcleo familia contribuya con estos cambios saludables. Habla con tu hijo acerca de la importancia que tiene un estilo de vida saludable y los beneficios que acarrea. Trata de motivar a tus hijos en todas aquellas actividades que contribuyan con la prevención de la obesidad infantil e involúcrate en estas actividades. Es importante que el niño vea que tú también las realizas.