Un multimillonario británico deberá compensar económicamente a su exmujer a pesar de que la pareja se divorció hace 23 años, según dictaminó hoy el Tribunal Supremo del Reino Unido.
La sentencia, que no tiene precedentes en este país y podría sentar jurisprudencia, dio por buena la reclamación planteada en 2011 por Kathleen Wyatt, de 55 años, contra su exmarido Dale Vince, de 53 años y fundador de la firma de energía eólica Ecotricity.
El empresario, cuya fortuna está valorada en unos 107 millones de libras (152 millones de euros), ya recurrió con éxito ante otras instancias judiciales la demanda de Wyatt alegando que había pasado demasiado tiempo desde su separación oficial.
No obstante, los cinco jueces que forman el Tribunal Supremo decidieron por unanimidad que la demandante tiene derecho a una compensación económica, cuya cantidad, no obstante, será mucho más modesta que los 1,9 millones de libras (2,71 millones de euros) solicitados.
El presidente de este tribunal, Nicholas Wilson, aseguró que se ha tenido en cuenta la contribución efectuada por cada parte al bienestar de la familia, lo que incluye el cuidado de la casa o la atención a la familia.
Según informó la cadena BBC, Vince y Wyatt llevaron una vida nómada y hippy, viajando alojados en una caravana, hasta su divorcio, después del cual la madre crió al hijo de ambos durante dieciséis años de auténticas dificultades, dijo Wilson.
En consecuencia, sostuvo el juez, su reclamación es reconocible desde el punto de vista legal, si bien es obvio que, incluso a estas alturas, la concesión de una compensación cercana a la cantidad pedida está fuera de lugar.
En nuestra opinión, sí que existe la posibilidad real de que se le conceda una compensación modesta en comparación, quizá suficiente para que pueda comprar una casa más cómoda y libre de hipoteca, declaró Wilson.
Por su parte, Vince calificó en un comunicado la sentencia de locura, al tiempo que advirtió de que podría abrirse la veda para que otras personas presenten ante los tribunales demandas similares.
Creo que todos tenemos derecho a seguir hacia adelante y deja de mirar al pasado. Esto puede dar lugar a que se abra la veda para alguna gente que mantuvo breves relaciones hace un cuarto de siglo, dijo el demandado.
La pareja se conoció en la universidad y contrajeron matrimonio en 1981, pero se separaron a mediados de esa década y se divorciaron legalmente en 1992.