Sin duda, como ya os hemos dicho multitud de veces y visto que es lo que más os interesa del trabajo muscular y el fitness, los ejercicios de abdominales suelen ser los favoritos y los más trabajados durante los periodos de entrenamientos.
Las causas muchas veces son caprichosas y estéticas pero no por ello menos importantes. Para que engañarnos, a todos nos gustaría tener unos abdominales de hierro, ¿o no?
En Mensencia os hemos dado multitud de consejos para trabajar estos grupos musculares: Trucos básicos que parecen inofensivos pero que no lo son (cuidado con ellos, por favor), como realizar ejercicios en casa mediante sencillos vídeos explicativos o la ayuda de geles reductores para quitarnos esa molesta capa de grasa que nunca desaparece.
Pues bien, ahora vamos a daros 5 sencillos trucos para que los ejercicios, ya que los hacemos, sean aun más productivos.
El primero de ellos seguro que es de sobra conocido por más de uno. Y es el famoso: ‘tira con el estómago y no con el cuello’. Esto, a grandes rasgos, quiere decir que cuando realices flexión de tronco para trabajar el recto abdominal, imagina que estás tirando desde tu esternón hacia el frente o desde la columna, de manera de concentrar la fuerza para elevar el torso en el abdomen y no en el cuello o en otra zona del cuerpo como acostumbramos a hacer con los consiguientes dolores posteriores.
Otra opción muy habitual es mantener contraído el abdomen eliminando el descanso entre repeticiones o bien, realizando ejercicios de contracción isométrica. Con ello añadimos una dificultad extra a los ejercicios y conseguimos fortalecer aun más los abdominales.
Otra opción es añadir peso para incrementar la intensidad del ejercicio. Una mancuerna o un disco pueden ser las opciones perfectas. Algunos gimnasios disponen de cinturones especiales que incorporan un peso extra o pequeños sacos de arena que se pueden poner en la zona abdominal y así incrementar el peso que levantamos.
Al realizar crunch abdominal sobre fitball, las famosas pelotas de goma que tan de moda está últimamente, podemos incrementar la dificultad del ejercicio juntando más las piernas, lo cual producirá un mayor desequilibrio y así, el trabajo será más complejo para estabilizar el cuerpo.
Por último deberemos evitar el impulso al ejercitar con diferentes movimientos el abdomen. Con ello conseguimos que, a pesar de que la realización sea más costosa y lenta, que el esfuerzo esté más concentrado y sea más efectivo. Como hemos dicho siempre, mejor unas pocas bien hechas que muchas, rápidas y sin fundamento.