El experto en demografía y Presidente del Population Research Institute, Steve Mosher, publicó un artículo en el que da a los creyentes diez razones para tener otro hijo.
A partir de citas bíblicas, su experiencia personal y hechos fácticos, Mosher propone a los creyentes la posibilidad de tener más hijos que el promedio actual.
La primera razón, sostiene, es que «tener otro hijo, permite unirse a Dios en la creación de un alma inmortal». «Los padres tienen la oportunidad increíble de asistir a Dios en la creación de un alma inmortal y como lo dijera el Cardenal Mindszenty, ni los ángeles recibieron tal gracia», explica Mosher.
La segunda razón es que «un nuevo hijo trae alegría a la vida». «No hay gozo similar al de recibir a un hijo. Uno se maravilla ante la perfección de ese pequeño ser y de la facilidad con la que uno lo ama. Uno queda encantado con cada pequeño aspecto de su apariencia. El color del cabello, la forma de la nariz, su sonrisa».
Como tercera razón, indica que «un nuevo hijo permite crecer en santidad y virtud». «Para los que están casados y tienen familias, los niños son los medios primarios que Dios usa para ayudarlos a crecer en santidad y virtud. Los niños enseñan a sus padres la paciencia, perseverancia, la caridad y la humildad. Dan la oportunidad de practicar la misericordia corporal y espiritual. LLegan al mundo desnudos y los vestimos, hambrientos y los alimentamos, sedientos y les damos de beber».
La cuarta razón es que «tener un hijo ayuda a terminar el aborto». «Los niños son cada vez menos, debido a la contracepción, la esterilización y el aborto, por eso segmentos completos de la sociedad se vuelven menos familiares al sentido del gozo y la epseranza que sólo los bebés y los niños pueden brindar. En este clima, la anticoncepción y el aborto se alimenta a sí mismo, aumentando el egoísmo».
La quinta razón de Mosher es que tener otro hijo da un hermano a los hijos que ya tiene la pareja, y así pueden aprender a compartir. «Los demás hijos aprenden a poner las necesidades de los demás por encima de las propias. La unión entre los hermanos es para toda la vida y más fuerte que la establecida entre los mejores amigos».
La sexta razón es que los hijos permiten que cuando uno llega a la ancianidad no esté solo. «La gente que tiene hijos no tiene que buscar a extraños para que cuiden de ella cuando es anciana. Los hijos también se convierten en padres de los nietos y los nietos traen gozo, alegría y risas», sostiene Mosher.
Mosher señala como séptima razon que «los hijos son el recurso más grande». «Los humanos son bendecidos con los regalos del intelecto y la libertad. La ingenuidad humana descbre soluciones creativas a los problemas que enfrentamos. Las personas sin hijos deben recordar que el hijo de otros es el médico que les salva la vida, el bombero que ayuda, o el ingeniero del tren».
La octava razón es que «un hijo ayuda a la economía». «La familias con hijos inyectan la economía, comprando casas y autos y pagando por su educación. Sin jóvenes que ingresen a la fuerza laboral, el sistema de seguridad social falla. Sin niños que asistan al colegio, los maestros no tienen empleo. Muchas industrias, desde restaurantes hasta tiendas de juguetes, descansan en negocios de y para niños. Ultimadamente, toda la economía lo hace».
La novena razón es que tener un hijo más ayuda a enfrentar la despoblación global. «Los que han viajado de costa a costa en Estados Unidos y han visto los vastos espacios vacíos, saben que América no está superpoblada. De hecho, toda la población del mundo puede vivir en Texas, en casas adecuadas a cada familia con patios traseros».
«Nuestro problema a largo plazo no es que tendremos muchos niños, sino pocos. Tener un hijo ayuda a contrarrestar la implosión poblacional adveniente», sostiene Mosher.
Finalmente, indica como décima razón que «tener un hijo ayuda a poblar el cielo». «El niño que se tiene con generosidad, se acepta de Dios y regresará a Él, después de una vida de amor, servicio y obediencia en la tierra para pasar la eternidad con Dios en el cielo».