¿Por qué comenzar el día con un vaso de agua?

La mayoría de la gente ha oído decir que comenzar el día con un vaso de agua aporta importantes beneficios para la salud. De hecho, mucha gente lo practica. Sin embargo, es importante recordar por qué esta práctica es tan importante para nuestro organismo, con el fin de no olvidarlo. Para aquellos que no comienzan el día con un vaso de agua, recomendamos que lo hagan por las siguientes razones.

1. Para ayudar a quemar calorías

Un aspecto importante es que, una vez que el organismo recibe un buen vaso de agua fresca por la mañana, comienza un proceso de acomodación del agua a la temperatura del cuerpo, lo que requiere una aceleración del metabolismo.

Sabemos que para quemar calorías es necesario que el metabolismo funcione a una velocidad adecuada. Al contrario, cuando no se bebe agua suficiente, el metabolismo se ralentiza para conservar energía, como para prepararse a la aparición de la deshidratación. Comenzar, por lo tanto, el día bebiendo bastante agua es bueno, puesto que el cuerpo encuentra lo antes posible un buen ritmo de trabajo.

2. Para reducir el consumo de calorías

Esto funciona no sólo por la mañana, sino también a cualquier hora del día. Aportar suficiente agua al estómago produce una sensación de plenitud, lo que reduce la cantidad de calorías que se consumirían llenando esta parte del estómago con la comida. De esta forma, para las personas que tienen necesidad de perder peso, beber agua suficiente es otro de los principales métodos para reducir la ingesta de calorías.

3. Para eliminar las toxinas

Nuestro cuerpo tiene constantemente necesidad de eliminar las toxinas que contiene. Un organismo sin toxinas permite a la piel recuperar su brillo natural y sano, lo que no escapa a la vista de una persona bien hidratada.

4. Para mejorar la función del sistema digestivo

Cuando consumimos mucha agua, esta ayuda a purificar nuestro aparato digestivo, lo que se traduce por una mejor absorción de los nutrientes. De la misma manera, consumir mucha agua participa en la toma en consideración de la comida y evita ciertos problemas, como el estreñimiento.

Con todos estos argumentos, no existen excusas para no beber un buen vaso de agua al levantarse todos los días. Se trata de un hábito sencillo, sano y que no requiere muchos esfuerzos.