El erudito y bibliófilo William Scheide, que falleció en noviembre a los cien años, dejó a la Universidad de Princeton (EEUU), de la que fue alumno, un legado de 2.500 libros y documentos únicos, valorados en 300 millones de dólares.
«Es el mayor regalo en la historia de la Universidad», señaló en un comunicado la prestigiosa institución académica estadounidense, por cuyas aulas pasó Scheide en 1936.
El legado incluye ejemplares de las seis primeras biblias impresas, entre ellas una «Biblia Gutenberg» de 1455, considerada el libro principal más antiguo publicado en Europa.
Además, hay partituras originales de Ludwig van Beethoven del siglo XIX con la letra del músico alemán y otros manuscritos de Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart, Richard Wagner y Franz Schubert.
Entre los documentos estadounidenses más destacados, hay una copia impresa original de la Declaración de Independencia; un discurso manuscrito de Abraham Lincoln de 1856 sobre los problemas de la esclavitud, y una carta original y telegramas del general Ulysses Grant de las últimas semanas de la Guerra Civil.
El presidente de Princeton, Christopher Eisgruber, agradeció la «dedicación eterna» de Scheide a Princeton y «su compromiso de compartir su colección con académicos, estudiantes y generaciones venideras».
La Universidad albergaba la biblioteca de Scheide desde 1959, cuando el erudito trasladó las piezas a su «alma mater» desde su vivienda familiar en Titusville (Pensilvania).
«Gracias a la generosidad de Bill Scheide, una de las mayores colecciones de libros raros y manuscritos del mundo tendrá un hogar permanente aquí», señaló Eisgruber en un comunicado.
El abuelo de Scheide, William Taylor Scheide, comenzó la colección en 1865 a los 18 años y su hijo, John Hinsdale Scheide, alumno de Princeton en 1896, continuó la colección y construyó la biblioteca familiar en Titusville.
Scheide siguió la tradición familiar añadiendo en los años cincuenta nuevos manuscritos a la colección, que se mantuvo en Titusville hasta la muerte de su madre, cuando en 1959 fue trasladada a Princeton, donde se quedará permanentemente.
La bibliotecaria de la Universidad Karin Trainer destacó, por su parte, el valor académico que tendrá la colección para la investigación.
«Hay descubrimientos por hacer en cada documento y volumen», señaló Trainer, al agregar que «es la biblioteca de un erudito y posee un gran valor para la investigación».