Se ha puesto de moda recientemente en Netflix cuando se abordan temas de la «vida real» sobre estafas. Lo vimos hace unos años con el Fyre Festival, luego con el Estafador de Tinder y ahora con la miniserie Inventing Anna. La pregunta es… ¿Qué tan buena realmente es?
En realidad, esta producción de Shondaland tiene todo el sello que ya se le conoce a esta compañía, liderada por Shonda Rhimes.
Esto significa que vamos a ver muchos elementos «telenovelescos» en la misma; lo que quiere decir que está plagada de adornos que aunque sirven para mantener lo entretenido, a veces puede ser exagerado.
Anna Delvey es una mujer a lo cual más curiosa. Su historia es extraordinaria y con el artículo que salió en un medio de Estados Unidos se hizo todavía más relevante; pero quizás la miniserie se basa demasiado en dicho artículo, sin profundizar un poco más en qué es lo que hay detrás de esta mujer.
Lo que deja de resultado es que en Inventing Anna los personajes van a estar bastante estilizados y, hasta cierto punto, con manipulación del guion. Aun así no quiero se malinterprete mi opinión, es una miniserie muy entretenida que se devora en maratón sin pensarlo dos veces.
¿Qué aprendemos de Inventing Anna?
Otro punto a favor de Inventing Anna, es que para los que no conocíamos la pieza periodística sobre la vida de esta socialité en Nueva York; es una forma muy llevadera de conocer los pormenores de la misma.
Así mismo puedo decir que un punto que quizás no gusta tanto, son esas maniobras argumentales y actuaciones un tanto forzadas por aquí y por allá. Pero bueno, a como dije antes, ese es el sello Shondaland; es algo más de «tomalo o dejalo».
También hay que hablar de Julia Garner, que fácilmente es una de las actrices menores de 30 más completas que hay en la actualidad. Su papel en Inventing Anna no es malo, pero quizás es su obra menos refinada, porque se convierte casi en una caricatura en la que no siempre tiene los mejores trazos.
Sin embargo, en esta miniserie vamos a sorprendernos de muchas situaciones que -en teoría- sucedieron en la vida real. La manera de «engañar» a peces gordos de Nueva York a invertir en un proyecto que no tenía sustento, genera un morbo a todos los que somos de la clase obrera común. ¿Por qué? Sencillo, es divertido ver a millonarios ser engañados.
Aun así, no hay que tampoco glorificar a Anna Delvey por sus acciones; y desgraciadamente a veces Inventing Anna parece inclinarse más a justificar lo que hizo, sobre todo en el papel ficticio de la periodista.
Veredicto
Inventing Anna es una miniserie que se pasa rapidísimo todos sus episodios aunque a veces duren una hora.
Pueda que haya partes algo repetitivas y que canse un poco las actitudes frías de su protagonista, pero no deja de ser cautivador al espectador por esa intriga que genera constantemente.
Y cuando digo el papel ficticio de la periodista, es porque su representación no es fidedigna con la de la vida real; una decisión que es comprensible, pero a la vez deja más claro que hubo manipulación en la trama.