Pika quiere convertirse en el Midjourney del vídeo generado por IA, pero alegan que le falta mucho

Foto: Pika quiere convertirse en el Midjourney del vídeo generado por IA, pero alegan que le falta mucho/Cortesía
Foto: Pika quiere convertirse en el Midjourney del vídeo generado por IA, pero alegan que le falta mucho/Cortesía

Las plataformas de IA generativas de imagen ya están asentadas y sus resultados son espectaculares, así que, ¿qué pasa con el vídeo? Ese reto es más complejo, pero ya hay empresas que están intentando resolverlo, y una de ellas es Pika.

La startup china Pika Labsfundada por Demi Guo y Chelin Meng, quiere convertirse en la Midjourney del vídeo generado por AI. Su propuesta no está destinada a usuarios profesionales, sino a entusiastas de la IA que quieran experimentar con una herramienta que está en pañales pero que ya da resultados sorprendentes.

Para empezar quizás sea necesario bajar expectativas. Los vídeos generados por Pika son imperfectos y en muchos casos hasta inquietantes: la IA toma decisiones de animación que son chocantes y que no concuerdan con lo que hubiéramos imaginado que iba a hacer. Incluso siendo precisos con los prompts, el resultado suele ser curioso, pero a menudo poco usable.

Hay también limitaciones importantes: los vídeos generados por ahora solo son de tres segundos, lo que hace difícil desarrollar poco más que pequeñas animaciones en la aplicación. Es posible, eso sí, concatenar varias animaciones para acabar creando otras más largas. El truco está en extraer el último fotograma del vídeo generado y usarlo como imagen de referencia para el siguiente con el mismo prompt.

 

Es lo que hemos hecho en un par de ejemplos con los que hemos experimentado. El primero, una niña en un columpio: a pesar de usar ese último fotograma de cada clip de tres segundos, la animación acaba deformando la imagen original y siendo prácticamente una alucinación. En los primeros instantes lo único que se mueven son las ramas del árbol —de forma muy realista, eso sí—, pero luego la cosa se vuelve extraña.