La doctora Sarah Shizuko Morimoto y su equipo del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Utah recibieron una beca de 7,5 millones de dólares; en realizar pruebas clínicas con Neurogrow, un videojuego creado para tratar adultos mayores con depresión.
El juego, desarrollado por el Laboratorio de Juegos y Aplicaciones Terapéuticas de la universidad propone a los jugadores mantener un jardín virtual; cuyas necesidades y condiciones están en constante cambio.
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Morimoto pasó los últimos 15 años dedicada al estudio de la influencia de los videojuegos en los circuitos del lóbulo frontal; cuyo daño puede afectar la efectividad de los antidepresivos. Según su teoría, que identifica como “atrofia por falta de uso”; los mecanismos se desgastan con el paso del tiempo y deben ser reconstruidos para que la medicación sea efectiva.
En las pruebas preliminares realizadas con pacientes que no habían respondido a la medicación; entre el 60% y el 70% mostraron una reducción significativa (50%) de los síntomas de depresión.
“Estamos fortaleciendo la capacidad para utilizar estas partes del cerebro que se han vuelto menos útiles a medida que el paciente envejece”; le dijo Morimoto al portal Salt Lake Tribune.
La universidad recibirá la beca en abril y planean comenzar las pruebas clínicas en agosto; que se van a poder realizar tanto en una instalación en Utah como de manera remota a través de Zoom.
El proceso comienza con una prueba cognitiva; seguida de un período de cuatro semanas durante el cual los pacientes juegan Neurogrow y otros juegos por unas 30 horas en total. Luego toman una nueva prueba para ver si hubo cambios, y se realiza un seguimiento de dos semanas, que puede extenderse a un trimestre y un año para los pacientes que quieran una nueva evaluación.
«Diría que la mayoría de las aplicaciones para la depresión que existen no están dirigidas a la neurobiología de la enfermedad».
Neurogrow videojuego de Morimoto
Si bien en los estudios preliminares Morimoto sólo utilizó pacientes que estuvieran tomando antidepresivos; pero en este caso también van a tratar individuos que no estén medicados.
«Diría que la mayoría de las aplicaciones para la depresión que existen no están dirigidas a la neurobiología de la enfermedad», explica Morimoto.
«Están haciendo psicoterapia a través de la web o dándote herramientas cognitivas o conductuales para que las uses durante el día. Lo que estamos haciendo es algo diferente».