Un dispensador de gel hidroalcohólico de cuatro patas, apodado K9, da ahora la bienvenida a los clientes, asombrados, en un centro comercial de Bangkok, mientras que Tailandia reabre gradualmente todas sus actividades tras la epidemia del COVID-19.
Imitando las actitudes de un perro, el robot recorre Central World, uno de los centros comerciales más populares de la megalópolis, llamando la atención de los niños para que se acerquen y obtenga gel para las manos. Éste se encuentra en una botella atada en la espalda del robot.
Sus movimientos se controlan con la 5G, actualmente en las primeras etapas de su despliegue en el país y que promete un internet ultrarrápido y tiempos de reacción inmediatos.
"Es una manera conveniente para la gente de lavarse las manos, como medida preventiva. Especialmente en esta situación del coronavirus", explica a la AFP Petra Saktidejbhanubandh, del operador móvil AIS, socio de la operación. "Los robots están aquí para ayudar a la gente, no para reemplazarla".
Varios operadores aspiran a desplegar su red de alta velocidad en el país, de aquí a finales de año.
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Además de K9, otro robot llamado ROC puede comprobar la temperatura de los clientes, mientras que LISA se ocupa de brindarles información.
Pero no todos los clientes están convencidos. Para Lapassanan Buranapatpakorn, el marco mecánico esquelético de K9 es "espeluznante".
"Creo que el robot en sí y su forma de moverse son un poco aterradores", comenta la joven, de 29 años, a la AFP en los pasillos del centro, aunque reconoce que un dispensador de gel ambulante es una "buena idea".
Tailandia ha eliminado gradualmente las restricciones impuestas a las empresas y a los comercios, que adoptaron medidas como el espaciamiento entre las mesas de los restaurantes y la instalación de separadores de plástico en los salones de masaje.
El país registró, hasta la fecha, 3.101 casos de contaminación por coronavirus y 58 muertes.