En los últimos años la inteligencia artificial se ha presentado como la nueva revolución tecnológica capaz de encontrar soluciones para todos los ámbitos de la vida. Pero, un grupo de matemáticos ha decidido demostrar que estos algoritmos inteligentes también tienen límites.
Un problema matemático que no se puede resolver; para muchos esta afirmación puede resultar desconcertante, pero el principal autor del estudio publicado en Nature, el científico Shai Ben-David de la Universidad de Waterloo asegura que en matemáticas "no todo es demostrable".
Así es como este grupo de matemáticos han fijado los límites de la inteligencia artificial, desarrollando un problema matemático que los algoritmos inteligentes no pueden resolver, demostrando que la capacidad de aprendizaje de estos sistemas no es infinita. Vamos a ver en qué consiste el problema.
Este trabajo se basa en las limitaciones matemáticas elaboradas por el austriaco Kurt Gödel, quien en la década de 1930 presentó el teorema de incompletitud que establece las condiciones por las cuales una teoría matemática no puede resolverse.
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Basándose en estos parámetros, el equipo de Ben-David afirma que la capacidad de la inteligencia artificial está limitada de la misma manera, o, dicho de otras palabras, la capacidad de aprendizaje de estas máquinas se ha encontrado con un problema indecidible.
El problema del estudio consiste en un sitio web que muestra publicidad dirigida a los visitantes que naveguen por la web con mayor frecuencia, pero no se sabe de antemano cuál de los visitantes volverá a visitar la página. Esta prueba tiene similitudes con una paradoja matemática llamada hipótesis del continuo también investigada por Gödel y que hace referencia a situaciones en las que no se pueden resolver como verdaderas o falsas.
El descubrimiento no sólo limita la capacidad de los sistemas inteligentes, sino también del ser humano, que ha empezado a poner el futuro en manos de estas máquinas. Aún así, Lev Reyzin, otro de los científicos que han participado en este proyecto, asegura que, aunque estos resultados hayan aportado una buena "dosis de humildad" a la inteligencia artificial, ésta seguirá revolucionando el mundo que nos rodea.