Las cifras de ingresos de Call of Duty: Black Ops 4 copan todos los titulares durante el día de hoy: 500 millones de dólares en sus primeros tres días a la venta. Una cifra estratosférica al alcance de sagas y compañías que se cuentan con los dedos de una mano y que es del todo meritoria en un año como este. La mera idea de cuestionarse si colocar casi nueve millones de copias en un fin de semana es un éxito rotundo parece una locura pero, según las cifras, no es oro todo lo que reluce.
Parece difícil que en Activision no estén contentos con estos datos, pero los analistas hablan de un inicio "lento" para la entrega de este año y, en consecuencia, las acciones de Activision Blizzard Inc. han caído hasta un 9% en las horas siguientes al anuncio. Así las cosas, ¿hablamos de unas cifras que celebrar o de unas por las que preocuparse? Yendo al grano podríamos decir que ni una cosa ni otra pero, teniendo en cuenta el contexto del lanzamiento y la trayectoria reciente de la franquicia, estaríamos más cerca del éxito. Según Hipertextual.
En la información proporcionada por Activision se especifica que Black Ops 4 iguala, con 500 millones de dólares ingresados en su primer fin de semana, a World War II, la entrega anterior y una de las mejor y más vendidas de la saga en el largo plazo. Pero si echamos la vista atrás podemos ver cómo la entrega anterior de la subsaga, Black Ops 3, ingresaba 550 millones en el mismo periodo de tiempo o la anterior a ella, Black Ops 2, conseguía 500 millones en sus primeras veinticuatro horas a la venta.
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De la misma manera, y yendo a generaciones pasadas, Modern Warfare 3 cosechaba 400 millones de dólares en su primer día (y 775 millones pasados los primeros cinco) y el primer Black Ops ingresaba 360 millones de dólares en su día de lanzamiento. Black Ops 4 está algo lejos de codearse con las entregas más exitosas pero, teniendo en cuenta factores como la fecha de lanzamiento elegida y su competencia actual, sus cifras son irreprochables. Parece que el desgaste no existe para la marca Call of Duty.
Posiblemente, 2018 es uno de los años más competidos de la generación, por distintos motivos, para una franquicia como Call of Duty. Para empezar, es la primera vez en más de una década que la saga cambia su mes de lanzamiento: históricamente estrenada en noviembre, Black Ops 4 se adelantó más de un mes para estrenarse el pasado 12 de octubre. ¿El motivo? La llegada desde el oeste de los vaqueros de Red Dead Redemption 2 y el temor a competir con Rockstar después de que GTA V pulverizara todos los récords ha hecho que decenas de títulos adelantaran o retrasaran sus estrenos.
Por otro lado encontramos a otro de los juegos del año y de la generación, Fortnite. El género battle royale sigue en boga y, pese a ser experiencias relativamente diferentes, un título free to play que acumula decenas de millones de jugadores como la propuesta de Epic Games supone una durísima competencia para Black Ops 4. Aunque de menor entidad, debido a estar disponible solo en PC, Xbox One y smartphones, PUBG es otro duro rival.
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Treyarch ha introducido el modo Blackout, su interpretación del battle royale, en la entrega de este año y la recepción ha sido positiva pero, más allá, han sido varias las polémicas que han tenido el videojuego como epicentro: primero, la eliminación de un modo historia que había estado siempre ligado a la saga y, después y más importante, la dura crítica de la comunidad a la política postlanzamiento de Activision, destacando por hacer el pase de temporada más caro e incómodo para el jugador que en años anteriores mientras, por otro lado, grandes compañías como Ubisoft o Electronic Arts ofrecen sus DLC de mapas y modos completamente gratis. Parece, de nuevo, que Call of Duty es inmune a cualquier amenaza o polémica.
O, más bien, "fracasos". Se han hecho públicas las estadísticas de ventas, proporcionadas por la propia compañía, de la inmensa mayoría de las entregas de la franquicia de la última década, pero encontramos algunas excepciones: no se compartieron cifras de los primeros días de Ghosts, para muchos el peor videojuego de la franquicia, Advanced Warfare, la primera entrega que dio el salto hacia el futuro, e Infinite Warfare, la que confirmó el desgaste de la ambientación futurista y los jetpacks.
Así que los antecedentes evidencian que Activision parece satisfecha con los primeros días de su franquicia estrella. Y, como decíamos al principio, no es para menos: hablamos de una saga anual con más de 15 entregas a sus espaldas, múltiples críticas por diversas fuentes y una competencia feroz en todos los frentes. Cuando todo apuntaba, como pasó en años anteriores, a que 2018 sería el año del tropiezo de Call of Duty, la saga sigue vigente y en plena forma. La industria no deja de sorprendernos.