La generación conocida como baby boomers (los nacidos entre 1946 y 1964) describe un repunte en la tasa de natalidad en países como Estados Unidos, Canadá o Inglaterra. Solo en Estados Unidos, en aquellos tiempos, nacieron unos 10.000 niños cada día, una cifra similar a la de 2017, con la diferencia de que en los años 1960 la población era de 180 millones y ahora roza los 325 millones. Para tener una comparativa, en España, en 2017 se registraron menos de 900 nacimientos diarios. Efectivamente se trató de un baby boom, una explosión demográfica. Solo que hay un problema: los nacidos en aquellos años comienzan a jubilarse.
“Los baby boomers ahora se jubilan a razón de casi 10.000 por día – señalan Suzanne Shu y Stephen Shu, los autores de un reciente estudio centrado en mejores políticas de financiación –. Estos millones de jubilados, y sus familias y proveedores que se preocupan por su bienestar financiero deben contar con mejores herramientas que sus padres para comprender cómo gestionar sus pensiones”.
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La necesidad de ayudar a los jubilados a tomar decisiones prudentes ha llevado al crecimiento de una gran industria de asesores financieros, pero el estudio realizado por Shu y publicado en Policy Insights from the Behavioral and Brain Sciences, sugiere políticas más efectivas.
Entre ellas se cuentan programas de capacitación financiera, opciones de bajo coste para proteger las inversiones, un precompromiso que vigila el deterioro intelectual futuro para evitar pérdidas y desamparo y, una de las más llamativas: intervenciones personalizadas.
Esta última es un robo-asesor financiero que realizaría una evaluación de los principales factores psicológicos, sesgos e inclinaciones de los jubilados antes de guiarlos a través de soluciones personalizadas. Esto ayudará, supuestamente, a contar con alguien de confianza las 24 horas y que no está vinculado a ninguna firma inversora o banco. Habrá que ver, de todos modos, cómo se programa a este robot financiero.
Fuente: QUO