¿Te imaginas poder tener todas las funciones de Siri o de "Ok Google" simplemente con pensar? Bueno, eso es lo que pretenden los investigadores del MIT Media Lab con AlterEgo, un dispositivo que puede reconocer dígitos del 0 al 9 y con un vocabulario de alrededor de 100 palabras que, gracias a un dispositivo portátil y un sistema informático, puede consultar a Google.
Los electrodos del dispositivo captan señales neuromusculares en la mandíbula y en la cara que se activan cuando los usuarios “dicen” las palabras en su cabeza. Las señales alimentan a un sistema de aprendizaje automático que ha sido entrenado para correlacionar señales particulares con palabras particulares.
También, dispone de un par de auriculares de conducción ósea, que transmiten las vibraciones a través de los huesos de la cara hacia el oído interno. Estos auriculares no obstruyen el canal auditivo, por lo que los usuarios pueden seguir escuchando la información sin interrumpir sus conversaciones, publicó el portal web NoSabesNada.
“Nuestra idea era: ¿podríamos tener una plataforma informática más interna, que combine humanos y máquinas de alguna manera y que se sienta como una extensión interna de nuestra propia cognición?”, expresó Arnav Kapur, quien junto a Pattie Maes, construyó el dispositivo.
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Este sistema de computación silenciosa significa que los usuarios pueden comunicarse con Google sin ser detectado por nadie más; para empezar, los investigadores encontraron qué parte de la cara era la fuente de las señales neuromusculares más confiables.
Lo hicieron pidiendo a un grupo de personas que subvocalizasen la misma serie de palabras cuatro veces con 16 electrodos diferentes en distintos lugares faciales cada vez. Descubrieron que las señales de siete ubicaciones particulares eran consistentemente capaces de distinguir palabras subvocalizadas.
Con esta información, los investigadores del MIT crearon un prototipo que se envuelve alrededor de la parte posterior del cuello, como un auricular. Toca la cara en siete lugares a ambos lados de la boca y a lo largo de la mandíbula.
Luego recopilaron datos sobre algunas tareas computacionales con vocabularios limitados, alrededor de 20 palabras cada una (aritmética y ajedrez). En el experimento, los investigadores usaron el sistema para informar los movimientos de los oponentes en un juego de ajedrez; como respuesta, el dispositivo dio las jugadas recomendadas.