El dron-sombrilla fue diseñado para soportar los tórridos y húmedos veranos japoneses. El concepto general es el de una sombrilla ambulante, trasladada por un dron.
Asahi Power Service, pequeña sociedad de la prefectura de Tochigi (noreste), espera comercializar su aparato el próximo año, según El Espectador.
Inicialmente estará destinado a espacios privados cerrados, como los campos de golf, debido a los riesgos de caída del objeto y a las complicaciones derivadas de la reglamentación sobre el uso de drones.
"Pensé en desarrollar este objeto porque no me gusta llevar sombrilla", explicó a la AFP el presidente de la empresa, Kenji Suzuki.
De un diámetro de 1,5 metros, el prototipo de dron-sombrilla pesa 5 kilos y solamente tiene una autonomía de cinco minutos con una batería totalmente cargada, pero la empresa espera llegar a los 20 minutos aligerando el objeto.
La fabricación, mantenimiento y servicios derivados de drones (o vehículos aéreos no tripulados) se ha consolidado, con los años, en una industria vibrante que da muestras firmes de haber entrado en un proceso de madurez y consolidación empresarial.
Para 2020, se estima que el mercado total de drones supere los US$127.000 millones, de acuerdo con datos de la firma de consultoría Price Waterhouse Coopers (PwC). Por ejemplo, el año pasado el Departamento de Defensa de Estados Unidos asigno más de US$3.000 millones en presupuesto para sus programas con drones (que son, principalmente, de vigilancia y ataque).
Los drones son una de las ramas en tecnologías que más están creciendo, a la par quizá con la seguridad digital. Pero la aplicación y el diseño de los vehículos aéreos ya exceden los horizontes de las industrias de tecnología.