¿Te excedes con la tarjeta de crédito? Una pulsera promete acabar con tus gastos extras en apenas un mes. Pavlok es un dispositivo para la muñeca que propone reeducar a quien no puede controlarse con la tarjeta de crédito. Pero el método que utiliza para lograrlo probablemente no te agrade mucho: cada vez que uses en exceso la tarjeta, la pulsera te dará una pequeña descarga eléctrica.
¿Cómo funciona la pulsera que da choques?
La idea de usar descargas eléctricas para cambiar un hábito parece solo algo de una película de ficción, pero la realidad es que existen y que muchas personas la encontraron útil. Según la empresa fabricante, Intelligent Environments, la pulsera entrena a través de estímulos nerviosos para reafirmar una acción específica como indeseable. Lo que proponen es que, con el tiempo, el cerebro entienda qué actitudes conducen a respuestas negativas.
Los usuarios pueden activar el dispositivo manualmente cada vez que cometen «un desliz», como morderse las uñas u olvidarse de una reunión importante. Situaciones más complejas, como controlar gastos con la tarjeta de crédito o acostumbrarse a despertarse temprano, se pueden hacer utilizando una aplicación en el celular.
Tarjeta de crédito
Una vez que vinculas la pulsera a tu cuenta bancaria, el dispositivo te avisará con mensajes al teléfono móvil cuando estés gastando demasiado y acercándote al límite que hayas estipulado. Sin embargo, si insistes en seguir gastando, el dispositivo te dará una pequeña descarga eléctrica.
¿Hay riesgo de muerte?
Aunque la tensión del dispositivo puede variar entre 50 y 450 voltios, los fabricantes garantizan que no hay riesgo de muerte. El amperaje (intensidad de la corriente eléctrica) es muy bajo: solo 4 miliamperios. Según expertos, solo a partir de 75 miliamperios la descarga eléctrica comienza a interferir en el corazón, provocando una arritmia cardiaca.
Esta empresa apuesta a castigar físicamente un mal hábito para corregirlo. No hay dudas de que la educación financiera es importante, pero el mejor aprendizaje se logra cuando nos conocemos más a nosotros mismos y tomamos consciencia de nuestras acciones, no cuando nos castigamos por lo que hacemos mal.