Parece una versión macabra de Toy Story, pero la Agencia de Seguridad de Estados Unidos quiere que los padres se den cuenta de la importancia de este asunto. Existen redes de criminales que pueden hackear los juguetes inteligentes de tus hijos y al mismo tiempo recopilar información sobre ellos, su ubicación, su nombre y su apariencia. Por ello, al igual que unos padres se toman muy en serio el uso que hacen los pequeños de la casa de un móvil, ¿por qué no hacer lo mismo con los juguetes que usen la misma tecnología?
El FBI recalca que “los juguetes Smart normalmente contienen sensores, micrófonos, cámaras, discos duros y otras capacidades multimedia que están habilitadas para reconocer la voz del usuario hasta incluso situarlo en un punto en concreto con GPS. Estas características podrían poner en peligro la privacidad y seguridad de los niños debido a la gran cantidad de información que se puede divulgar de forma involuntaria”.
Pero es normal que haya miedo. Una Barbie interactiva desarrollada en 2015 venía adaptada con un sistema de reconocimiento de voz y era capaz de conectarse a Internet por Wifi. Gracias a su tecnología era podía interactuar con quien jugara con ella. Ya en ese momento, fueron muchos quienes advirtieron del peligro que esto suponía para niños que apenan saben de los riesgos que corren por grabar mensajes de voz y enviarlos a través de la red.
El FBI ha recomendado a los padres que siempre que compren juguetes de este tipo se aseguren de leer las condiciones de uso y que la información no vaya a ser compartida con terceras partes.