La exhibición de productos de Samsung el domingo es notable por una ausencia: Un teléfono nuevo y distintivo.
En su lugar, Samsung centra la atención en sus nuevas tabletas Android y Windows después de retrasar la presentación de su smartphone Galaxy S8 —lo que es una consecuencia indirecta del retiro sin precedente en septiembre de su teléfono Note 7, propenso a incendiarse. Las nuevas tabletas tendrán la marca Galaxy y contienen muchas de las características de los Note 7, incluyendo el estilete S Pen y pantallas con colores sólidos.
Los consumidores tendrán que esperar al menos algunas semanas para tener más detalles sobre el siguiente smartphone importante de Samsung. Ello se debe en parte a que Samsung no tendría que compartir el escenario con sus competidores en el mercado de teléfonos multifunciones durante el Congreso Mundial Móvil, exhibición comercial que inicia el lunes en Barcelona, España. El retraso permite además a Samsung tener más tiempo para asegurar que ha realizado todo correctamente, dado que cualquier pequeña falla seguramente atraerá una atención mayor a la normal.
"El microscopio va a estar fijamente sobre Samsung", comentó Geoff Blaber, una analista de la compañía de investigación CCS Insight.
Samsung señaló que sus tabletas serán sometidas a revisiones de seguridad exhaustivas implementadas después de que decenas de teléfonos Note 7 se sobrecalentaron y en algunos casos explotaron. Esos incidentes motivaron que las autoridades de aviación prohibieran los aparatos en vuelos; Samsung eventualmente canceló el producto.
La ausencia de un nuevo teléfono Samsung otorga a los competidores la oportunidad de resaltar.
LG, por ejemplo, promueve un teléfono G6 que es ligeramente más pequeño que el Note 7 pero iguala la pantalla de 14,4 centímetros (5,7 pulgadas) del fracasado dispositivo.
Mientras tanto, Motorola tiene una nueva versión de su teléfono Moto G de rango medio, y el fabricante chino TCL presenta un teléfono BlackBerry Android con un teclado físico después de que BlackBerry dejó de fabricar hardware. Y el clásico Nokia 3310 del año 2000 está de regreso; aunque no es un smartphone, el dispositivo es popular por su durabilidad.
Samsung recibió un golpe de 5.300 millones de dólares en sus utilidades tras retirar del mercado millones de teléfonos Note 7. Su reputación también resultó dañada, pero no necesariamente de manera permanente.
"Pienso que en el proceso de hacer frente a la situación, Samsung recupera parte de la buena fe con los consumidores", dijo Ramón Llamas, un analista en IDC. "Lo que la gente quiere es la seguridad de que no ocurra nuevamente".