Una prefectura en la remota región occidental de Xinjiang, en China, requerirá la instalación en todos los vehículos de un sistema de rastreo similar al GPS, dentro de una batería de medidas contra ataques violentos.
La policía de tráfico en la Prefectura Autónoma Mongola de Bayingolin anunció la norma, poco después de que miles de policías fuertemente armados desfilaran por la capital de Xinjiang y las autoridades del Partido Comunista prometieran endurecer su campaña contra separatistas y milicianos islamistas.
El programa de rastreo de vehículos en Bayingolin utilizará el sistema chino de satélites Beidou. El sistema se ha desplegado en los últimos años para reducir la dependencia China de los proveedores de GPS con sede en Estados Unidos para aplicaciones sensibles. Las autoridades indicaron que también rastrearán los autos utilizando tecnología RFID incorporada en las placas de los autos.
"En los últimos años, la situación del terrorismo en todo el mundo se ha vuelto grave y los automóviles son los principales medios de transporte para terroristas", indicaron las autoridades de la prefectura en un comunicado subido a internet. Las autoridades pretendían registrar y monitorear hasta 20.000 vehículos, según el comunicado.
Las gasolineras sólo darán servicio a autos equipados con el sistema de rastreo, según un reporte separado en medios locales. Agentes de policía en la prefectura confirmaron el martes a The Associated Press que se habilitaría el sistema de rastreo, aunque declinaron responder a preguntas.
Las autoridades de Xinjiang han aumentado de forma drástica la vigilancia, los registros en la calle y las patrullas de policía en los últimos años, tras varios ataques atribuidos a milicianos de la minoría uigur local.
Activistas uigures señalan que la marginalización y la represiva presencia del gobierno —incluidas restricciones sobre prácticas religiosas y culturales— han alimentado el resentimiento y avivado un ciclo de radicalización y violencia.
Xinjiang comparte frontera con Afganistán, Pakistán y varios estados inestables de Asia Central.
El gobierno chino niega las acusaciones de discriminación religiosa y afirma que sus políticas son necesarias para mantener la estabilidad en una región en la mira de radicales islámicos.
Pese a la situación constante de vigilancia policial, tres agresores armados con cuchillos mataron a cinco personas e hirieron a otras cinco la semana pasada en el remoto contado occidental de Pishan. En los últimos meses se han registrado varios choques entre policía y milicianos en las localidades del sur de la región.
En una marcha el sábado en la capital regional de Urumqi, Zhu Hailun, del Partido Comunista de Xinjiang, exhortó a las filas de soldados con rifles y policías con equipo antimotines que emplearan su "sangre caliente y lealtad" para defender a la gente y asestar un "golpe demoledor, arrasador" a las fuerzas separatistas y musulmanes de Asia Central.