Veintiocho años de cárcel pidió la Fiscalía para el vigilante del Hotel Ticomo, Héctor Orelvin Manzanares; quien fue declarado culpable por el asesinato de Jenelieth Noryelis Peña, de 19 años, cuyo cuerpo fue encontrado en un cauce detrás del hostal, el pasado 12 de abril. .
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«El Ministerio Público ha corroborado todos y cada uno de los cargos presentados; y ha desvirtuado el principio de inocencia que amparaba al acusado durante el proceso legal. En consecuencia, de acuerdo con lo establecido en los artículos 320 y 321 del Código Procesal Penal; debo declarar a Héctor Manzanares culpable como autor directo del delito de asesinato agravado; en conjunto con el delito de robo con violencia en perjuicio de la difunta Jenelieth Noryelis Peña. Descanse en paz», declaró el juez Jeancarlos Fernández, titular del juzgado Cuarto de Juicio.
El magistrado destacó que las pruebas presentadas por el Ministerio Público, basadas en investigaciones policiales y testimonios; confirman la culpabilidad del acusado.
«En este juicio oral y público, su señoría; se demostró de manera concluyente que el acusado no solo es responsable del robo agravado del teléfono celular de la víctima; perpetrado durante la noche, sino también del delito de asesinato agravado; ya que se comprobó que la víctima falleció a causa de asfixia mecánica, tal como lo establece la ley»; declaró Mineth Rivera, del Ministerio Público.
Cabe mencionar que durante el juicio se reveló que Manzanares conoció a la víctima en una caponera y la engañó diciéndole que en el hotel; donde trabajaba estaban contratando jóvenes para trabajar en limpieza. Convenció a Jenelieth para que llegara al local a las 7 de la tarde del 10 de abril de ese año.
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Jenelieth acudió al hotel ubicado en el kilómetro 8.5 de la carretera Sur, donde el acusado la sacó por la parte trasera del establecimiento; forcejeó con ella y la asfixió. Posteriormente, le robó sus pertenencias y arrojó su cuerpo a un cauce.
Jenelieth Noryelis Peña había viajado a Managua con la esperanza de conseguir empleo, estudiar computación y, finalmente; cumplir su sueño de convertirse en farmacéutica. Trágicamente, estos anhelos se vieron truncados por la mano de su asesino.
Jenelieth, la mayor de dos hermanos, nació en Ubú Norte, en el municipio de Paiwás. Tras la muerte de su madre, se trasladó a Camoapa para vivir con su tía.