¿Cómo reaccionaría usted si mientras duerme una serpiente recorre su cuerpo? Sin duda es una experiencia que jamás en la vida desearíamos vivirla. Esta situación la vivió un ciudadano en Ometepe.
Se trata de don Cipriano Carrillo de 64 años, quien se llevó el susto de su vida al sentir que algo largo y grueso recorría su abdomen mientras descansaba en su humilde cama; era un tremendo «animalón».
Al intentar quitárselo de encima se percató que se trataba nada más y nada menos que de una traviesa boa.
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El hombre aun asustado relató que fue tan grande el susto que hasta se cayó de la cama, ocasionándole un fuerte golpe en el hombro.
Según su relato comenta que «estaba acostado, entonces parece que por aquí bajó el animal, yo sentí una cosa aquí y entonces lo que hice fue que me suspendí del susto y me caí de la cama. Afortunadamente solo el brazo me golpeé»; dijo el asustado hombre.
Hombre de Ometepe vive el susto de su vida
Tras escuchar el alboroto y los gritos de auxilio, familiares corrieron rápidamente al cuarto; encontrando en el suelo al señor. Al final entre varias personas capturaron a la boa y la sacrificaron.
«Él nos llamó, por ayuda de nosotros, agarramos a la culebra y la matamos, nosotros no le creíamos; todo fue muy extraño», dijo Luis Ernesto Condega, familiar de don Cipriano, ambos de Ometepe.
En estas comunidades de Ometepe se ve bastante fauna silvestre pero eso no deja de provocar susto en quienes lo viven.
Existen muchos mitos sobre el porqué las serpientes aparecen en las casas. Según Asunción Carrillo, hija de Don Cipriano, algunas serpientes siguen a las mujeres que están dando de lactar a sus pequeños; un mito que según ella es una realidad, aunque nadie lo ha logrado comprobar nunca.
«Yo estoy dando de lactar, mi niña está chiquita. La verdad me da miedo y terror porque no sé si sería la hembra o el macho, cualquiera de los dos dicen que persiguen a las mujeres y se les pegan en el pecho a la mujer, tal vez por eso vino esta serpiente aquí. Fue a mi papá que le apareció»; dijo Asunción.
Mito o realidad, lo cierto es que estos animales a cualquiera le ponen los pelos de punta y más si de pronto se nos aparecen en nuestras camas o habitaciones.
Este insólito hecho sucedió en la comunidad San Silvestre en el municipio de Altagracia, Isla de Ometepe en Nicaragua.
