Quería ser abogado, quería ser bombero, todo lo que se proponía a su corta edad de 13 años S.E.G., lo conseguía. Así recuerdan al niño que murió en un accidente de tránsito en la cuesta el Coyol; carretera de Tipitapa el reciente sábado.
«Le gustaba el fútbol, le gustaba el trabajo, él sí quería algo, él se lo costeaba, y lamentablemente en uno de sus viajes se apagó su vida porque no era la primera vez que iba. Había queja de tal vez que hablaba en la escuela mucho, pero lo normal, con las personas que él andaba tenían años, más de 30 años de conocerse, él se crío en ese ámbito y se llamaban primos a pesar de no ser familia»; mencionó la madrina del pequeño fuera de cámaras.
«Cada vez que había reparación de carretera, ellos se iban, esta vez no fue la excepción, nos vamos, nos vamos, se fueron, pero lamentablemente ocurrió la tragedia; con eso, él sí quería sus cositas se las compraba, un glu glu, unos zapatos, una camisa, él a su corta edad se creía un niño muy autoindependiente«; recuerda la madrina del pequeño.
En este barrio, San José de Masaya, hay tristeza y consternación, la calle donde habitaba el menor está desolada, aquí se llevó a cabo la vela para luego llevar el cuerpo a su última morada, era una costumbre verlo jugar al fútbol con una sonrisa en su rostro, un niño que fue criado con mucho amor por su mamá; doña Bernarda García.
Un niño en Tipitapa con una mirada puesta en sus metas
«Nosotros los apoyamos en la noche, acompañando a la mamá, era buen niño y la mamá muy dedicada a ellos, él le encantaba ese fútbol, se manejaba aquí en el patio jugando. Le gustaba trabajar como ya tenía como sus doce o trece; le gustaba trabajar y como todo niño que a esa edad empiezan a gustarle sus cosas. Nos unimos, porque como le digo, él con todos los del barrio fue muy querido, hubo mucha gente porque son muy queridos, estamos consternados«; dijo Corina Brizuela, vecina del menor fallecido.
La pérdida para esta familia es irreparable, el pequeño de casa se fue de manera trágica; estaba a tan solo un mes para recibir su bautismo. Ahora su mamá, Bernarda García, ha quedado sola; pues su otro hijo es mayor de edad y está fuera del país.