El 27 de marzo del 2022, la vida del motociclista Ricardo Manzanares dio un giro de 180 grados. Él sufrió un accidente en la ciudad de Managua.
Recuerda que ese día iba hacia su trabajo y se desplazaba sobre su preferencia, en dirección este-oeste en los alrededores del Quetzal; cerca de la Colonia Centroamérica, cuando una camioneta le invadió el carril, colisionando en uno de los costados.
«La camioneta es de esas Tacoma que son duras. La moto quedó, solo la llanta de atrás quedó buena y de ahí el resto se desbarató. Al igual la camioneta quedó parcialmente destruida. Perdí dos dientes, el resto me quedó flojo, dos coágulos de sangre en el cerebro, huesos rotos en el pecho, el brazo desencajado. La clavícula quebrada y problemas en los tendones de las piernas. No puedo agacharme»; comentó.
Además, comenta que tras el impacto perdió el conocimiento.
«Yo no tuve culpa. Yo iba para mi trabajo. Tengo una hija pequeñita, y no sé qué hubiera pasado con ella, si hubiese muerto, a mis familiares».
Un accidente de tantos que se dan en Managua
«Muchas veces la persona que va en motocicleta, va tranquilo y se le atraviesa algún irresponsable en la carretera. Sin tener culpa alguna, quizás así igual que yo, que salía de mi trabajo, y que pierden la vida en el camino», agregó.
Así mismo, señaló que todos sus familiares no daban fe que él sobreviviera.
«Mi papá, él no pensaba que yo sobreviviera, porque yo estaba muy mal. Mis jefes llegaban a verme todos los días al hospital. Nadie pensó que yo iba a quedar vivo, pero ingresado, yo deliraba, hablaba locuras. Decía cosas que nada que ver, también miré a mi mamá, y ella tiene 5 años de estar en Uruguay. Yo estaba en la cama y vi que ella entró en la habitación»; aseguró la víctima del fuerte accidente en Managua.
«Hoy en día, se me siguen olvidando las cosas. En el trabajo, pues hay cosas que a mí se me olvidan»; dice con un tono algo triste.
Igualmente, aprovecha la oportunidad para dejar una lección y que disminuyan los accidentes que se dan en Managua; así como en todo el país, siguiendo las orientaciones de las autoridades policiales.
«Manejen siempre a la defensiva, no aceleren mucho la moto, por mucho que corra. Quizás van al trabajo o van al mandado y les da por acelerar mucho la moto para no llegar tarde y es mejor llegar tarde, a no llegar»; indica.
Hay que ser responsables en las vías
«Hay muchos motorizados de que no ‘cuentan el cuento’; sin embargo, pues que conduzcan con cuidado. Los motorizados somos un punto frágil en tránsito. Pongan su vida en las manos de Dios y que agradezcan al llegar»; indicó.
«Es duro, mi familia siempre estuvo al cuidado de mí, mi novia. Yo no podía bañarme por mi mismo, tenían que bañarme. Yo utilizaba pampers, no podía ir al baño solo. Al momento de dormir tenía que dormir boca arriba, eso no es fácil»; indica Ricardo, desde su hogar en Managua.
«Es verdad, pues que el señor se hizo responsable, pero a mí me quedaron secuelas de por vida. Ya no soy el mismo de antes y nunca más lo volverá a ser»; afirmó.
Así mismo, por las circunstancias y la necesidad lo obligaron a comprar una moto nuevamente; sin embargo, dice que maneja con nervios. «Vengo como con miedo volteando a ver a todos lados. Cada vez que paso por el lugar donde me accidenté, me siento estupefacto».
Finalmente, cuenta que puede dar fe de que Dios existe y que «Jesús es tan poderoso que aun yo siendo pecador me libró de la muerte y puso ángeles en mi camino«.
