El golpe final que la justicia dio con el mazo fue el sonido más satisfactorio que escuchó el joven Andry Rolando Alfaro, pues esto aseguraba su libertad. El sujeto era acusado de cometer un delito de robo en Managua.
Específicamente, Andry Rolando Alfaro estaba siendo procesado tras ser considerado cómplice del delito de robo con violencia e intimidación en las personas, luego de que interrumpiera su labor de vender pan para darle un «ride» en una bicicleta a un conocido que minutos antes había participado en un robo con otro individuo, pasando así de buen samaritano a estar tras las rejas.
Pero fue la defensa técnica la que se encargó de desvirtuar la acusación del Ministerio Público desde estos Juzgados de Managua.
«Mi representado supuestamente estaba observando los hechos cuando estaban despojando sus pertenencias a la víctima de nombre Snayder Joel García, pero también dice que las supuestas personas que estaban cometiendo el delito, una vez que lograron su cometido, se pusieron a parar un taxi para huir y supuestamente, como ningún taxi se detuvo, mi defendido se ofreció a darles un ride en su bicicleta»; se dijo en los Juzgados.
Más detalles de Andry y su supuesto robo en Managua
«Imaginémonos, su señoría, el medio que ellos supuestamente utilizarían para huir. Mi lógica me dice que ese no es un medio que utilizaría un malhechor teniendo los barrios próximos. ¿Qué hace un delincuente? Huye del lugar corriendo, ¿quién va a estar esperando a un taxi o montarse en una bicicleta?«; alegó la Defensa Técnica.
Tras esta intervención, la jueza se pronunció. «Esta autoridad judicial considera que, a pesar del recibo de ocupación y del reconocimiento de objetos de la bicicleta, no tenemos pruebas contundentes».
Posteriormente, desde estos Juzgados de Managua, indicó que «existen suficientes elementos para declarar al acusado Andry Rolando Alfaro no culpable del delito de robo agravado en la modalidad de robo con violencia e intimidación, a las personas en perjuicio de Snider Joel García.»
Esta mala experiencia seguramente marcará la vida de Andry Rolando Alfaro; la palabra «ride» será una que borrará de su diccionario.