La Justicia en Ocotal eximió de responsabilidad penal a Filemón Fuentes, de 53 años, quien quedó en libertad luego de enfrentar una acusación por el delito de asesinato agravado en perjuicio de un hombre que irrumpió en su hogar en estado de ebriedad y amenazó con matar a su hijo.
Con esta tipificación, Filemón pudo haber pasado el resto de su vida en la cárcel en Ocotal. Sin embargo, la justicia nicaragüense reconoció legítima defensa.
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Don Filemón, después de un culto, llegó a su casa y se vio obligado a defender la integridad de su familia; cuando el pasado 27 de julio un hombre en estado de ebriedad llegó a su casa buscando a otro sujeto con el cual tenían rencillas personales. Al no encontrarlo amenazó con una pistola a su hijo en Ocotal.
La Doctora Verónica Fiallos, Juez de los juzgados de Ocotal, concluyó al examinar las pruebas presentadas por el abogado defensor; Doctor Gabriel Díaz, «que hubo una clara y legítima defensa».
Esto se sustenta en el hecho de que Filemón Fuentes no provocó a la víctima; y esta última amenazó con quitarle la vida a su hijo con un arma de fuego.
La sentencia señala en Ocotal que «es evidente que nos encontramos en una eximente completa, está judicial, al analizar la prueba de la defensa; debe eximir de la responsabilidad penal al acusado, y se ordena la libertad inmediata y la restitución de todos sus derechos».
El Abogado Gabriel Díaz alegó que su cliente siempre actuó en defensa de su vida y la de su familia; lo cual está respaldado por la ley, ya que se otorga a los ciudadanos el derecho de defenderse.
Los hechos en Ocotal
La víctima, Víctor Adalí Centeno Suárez, de 29 años, estaba bebiendo en el bar «Eclipse»; cuando Efraín Rodas Ramírez lo atacó con una piedra en el pecho, este persiguió a su agresor y ambos entraron en la propiedad de Filemón Fuentes.
Al escuchar el ruido, Filemón salió al patio y se encontró con Centeno Suárez, pidiéndole que se marchara. Sin embargo, el occiso, armado con una pistola, amenazó al hijo de Filemón por lo cual no tuvo otra alternativa que defender a su hijo con un machete; hiriendo a Centeno Suárez, quien huyó hacia el bar y murió desangrado.
