Doña Zoyla Isabel Vásquez, aun conserva el mensaje que le envió Andrés Sandoval Gálvez, donde le informaba que había acabado con la vida de su hija Heyling Karina García Vásquez y que llegara a retirar el cuerpo. Este terrible femicidio ocurrió en Bosques de Xiloá, Managua.
Fue este martes que el femicida se declaró culpable y asegura no recordar el crimen, lo que es considerado por la madre de la víctima como cinismo.
«Él dice que no se acuerda, pero no creo. Me le desbarató sus ojitos y le quebró su nariz el mal nacido. Me llamó a mí y me dijo a las 6:30 de la mañana que fuera»; señaló.
«Dice que no se acuerda, que estaba drogado, tomado y él llamó a su mamá, en mensaje normal y WhatsApp. Y dijo: ‘Ya les dije que vengan a ver a la Karina porque la maté'»; expresó María Dolores Zúñiga Obando, cuñada de la víctima.
«Él le quitaba dinero a mi hija para drogarse, a veces trabajaba, a veces no», continuó Doña Zoila.
Un descaro total del femicida de Xiloá
Para familiares de Karina, Galvez miente y en cada audiencia con mayor descaro, al referirse que las niñas dormían mientras cometió el crimen.
«Él mata a mi hija enfrente de las niñas. La chiquita me dijo cómo el papá la voló, la botó, le pegó a mamá y la aventó«; afirmó la madre de la víctima.
El procesado quedó frente a una eventual condena de prisión perpetua, lo que a una sola voz está siendo solicitado por toda la familia.
«Yo pido que le den la cadena perpetua, es cierto no me va a regresar a mi hija, pero él sí tiene que pagar por lo que le hizo a mi hija, porque no era justo que hiciera eso. Se ensañó como un enemigo, él ya lo venía planeando»; manifestó Doña Zoila.
«Que le den cadena perpetua, que no salga. Él no tenía derecho de quitar la vida»; aseguró.
Un trauma fuerte para la familia
Las niñas de Heyling quedaron bajo la tutela de la abuela; quien expresa que a veces las niñas preguntan por su madre.
Los hechos por los cuales José Sandoval escuchará sentencia condenatoria el próximo 14 de octubre, sucedieron el pasado 31 de agosto en el barrio Bosques de Xiloá, jurisdicción de Mateare, departamento de Managua.
El crimen se descubrió hasta la mañana del 1 de septiembre.
«Yo me vine, que si tal vez nos hubiéramos quedado, tal vez las presas fuéramos nosotras, porque yo no iba a dejar que a mi hija le hiciera algo. Entre las dos quien sabe qué le hubiéramos hecho. 30 años no es un castigo, tiene que ser más«, finalizó la angustiada mama.
La pareja convivió por 8 años. Heylin también era madre de un joven de 16 años que recientemente se fue del país.