Está más que claro que el alcohol y la velocidad influyen negativamente en la conducción, y figuran como dos de las principales causas de accidentes de tránsito en Nicaragua.
«La diferencia entre manejar y conducir, manejar es la persona ha aprendido empíricamente talvez su papa, su primo, su amigo le ha enseñado y conducir, es la manera comportarse en la vía pública, sobre la vía con lo demás usuarios, respetar las normas y reglamentos de tránsito»; asegura Manuel Salvador Leiva, de la escuela de manejo «La Profesional».
Cabe mencionar, que un conductor bajo los efectos del alcohol y a gran velocidad, fácilmente se ve perturbado y tiene una mala percepción de las señales de tránsito, a tal punto de perder el control del volante, salirse la vía, impactar contra un árbol y colisionar contra otro carro en sentido contrario.
Asimismo, Edgard Palacios, docente de la Unan- Managua, señaló; «hay grandes campañas, la Policía como tal, y el Gobierno, en la primaria, y secundaria, desarrolla campañas de educación vial; que manda a que todos los ciudadanos, a acatar un correcto comportamiento y evitemos estas circunstancias. Los motociclistas son otros grandes indicadores, una gran estadística, son reflexiones que tenemos hacernos todos».
Gobierno impulsa educación vial en Nicaragua
También, ponerse al frente de volante no es solo diversión, desde el momento en que se pone en marcha enfrenta diferentes responsabilidades. «Al iniciar el curso se le pregunta, cuál es objetivo de tener una licencia, algunos por trabajo, otros por compra de vehículo, hay quienes tienen vehículos en sus casas, entonces les damos la instrucción al momento de conducir»; continuo Leiva.
En este sentido, el experto en conducción afirmó; «los conductores deben saber la responsabilidad que hay que tomar al estar detrás de un volante, los pro y los contra, porque un vehículo es un arma de doble filo».
Además, el docente manifestó que; «violan estas normativas y violan las leyes y ocurren las tragedias que todos lamentamos, porque afectan al infractor como a la familia que lo sufre»
De manera que, el cambio empieza en cada persona, así que todos podemos aportar ese granito de arena, no es difícil. Ser un buen conductor disminuye el riesgo de accidentes.