“Se hizo justicia», entre lágrimas expresó la madre de Carla Patricia Amador Coronel, quien perdió la vida a manos de su ex cónyuge en una comarca de San José de los Remates, Boaco, en marzo de este año.
El juicio, que se celebró a puertas cerradas, condenó a prisión perpetua a Manuel Antonio Rivas, de 59 años, tras arrebatarle la vida a su ex pareja, Carla Patricia Amador C., de 32 años, madre de sus tres hijos. El asesinato ocurrió en su casa en la comarca Cumaica Sur.
La madre de la víctima, doña Santos Coronel Ortega, manifestó sentirse conforme con la sentencia. “Ese hombre no solo mató a mi hija, también nos mató a nosotros en vida, incluyendo a los niños, a quienes les arrebató lo más importante: su madre».
«Mi hija siempre vivió con miedo a los celos de ese hombre, quien decía que ella, por ser joven, atraía a los hombres. Con engaños, él logró que ella regresara, y hoy no la tenemos. Mis nietos viven conmigo ahora, y yo tengo la custodia, pero el niño que presenció todo está muy afectado, no quiere hablar y solo llora y grita mientras duerme»; contó entre lágrimas, en Boaco.
Unos hechos espantosos en Boaco
Rivas, quien trabajaba como jornalero, mantuvo una relación con Carla Amador durante más de diez años, procreando tres hijos, de 12, 10 y 8 años, quienes vivían en la comarca. Durante esos años, el acusado sometió a la víctima a violencia intrafamiliar, motivada por celos enfermizos; al punto de prohibirle relacionarse con sus amigas y hasta con sus propias hermanas.
Cansada de la violencia, Amador decidió separarse de Rivas y mudarse a la ciudad de Darío, Matagalpa, en enero de este año, llevándose consigo a su hija menor, mientras que los dos varones quedaron bajo la custodia de su padre en esa zona de Boaco.
En dos ocasiones, la víctima regresó a la vivienda de sus padres en la comarca para ver a sus hijos. Mientras tanto, Rivas llamaba a la familia, expresando que iba a morir en pecado.
Terrible femicidio
El 9 de marzo, Carla regresó a ver a sus hijos, ya que el padre de ellos, Rivas, le había dicho que estaba mal de salud. Aprovechando su visita, el asesino intentó convencerla de que retomaran su relación.
Carla, decidida a irse, buscó su ropa en el cuarto, momento en el que comenzó a recibir insultos. En ese instante, Rivas la atacó con un machete; arrebátandole la vida frente a su hijo de diez años, quien le gritaba que no matara a su mamá.
Este acto fue calificado como un hecho reprochable por la Fiscalía, que presentó evidencias y testimonios en el juicio; acusando a Rivas de femicidio, violencia doméstica e intrafamiliar en perjuicio de la víctima y sus tres hijos.
Todo el peso de la ley
El 7 de noviembre, el acusado admitió los hechos y, tras la presentación de las pruebas, la jueza Yelba Flores Palacios lo condenó a prisión perpetua. Rivas cumplirá su sentencia en el sistema penitenciario de Juigalpa, con derecho a revisión después de 30 años; sin posibilidad de libertad condicional.
En medio de todo este calvario, doña Santos, desde Boaco; dejó un mensaje para las mujeres: «Les aconsejo que no se dejen vivir tanto maltrato, que denuncien para poder vivir. Mi hija nunca me hizo caso, y ya ven, hoy no la tenemos».