En un lugar remoto de la reserva Indio Maíz fueron encontrados dos cadáveres que, al parecer, pertenecen a Manuel de Jesús Cano, de 20 años, y su pareja Yajaira Sevilla, de 35. Ambos habitaban en el sector conocido como Boca de Sábalos, en el municipio El Castillo, departamento de Río San Juan. Estos se encontraban desaparecidos desde hace aproximadamente dos meses.
Yajaira, originaria de Acoyapa, Chontales, se trasladó a este lugar hace más de un año, donde se enamoró del joven hasta decidir hacer una vida juntos. Compraron alrededor de 100 manzanas de tierra en la reserva Indio Maíz.
La inversión, que superó los 100 mil córdobas, pretendía acondicionar el lugar con la idea de trabajar la tierra, criar distintos tipos de animales y, por supuesto; construir una casa para formar una familia.
Dado que en este sitio no existe señal de telefonía móvil, la forma de comunicarse con su familia era acudir donde una vecina que vivía a varios kilómetros, distancia que debían recorrer a pie, pues es la única manera de transitar por esa zona. De manera semanal, acudían a casa de esta persona para compartir con su gente los avances que iban obteniendo.
Una escena de terror en Indio Maíz
La alerta se dio el pasado 30 de septiembre, cuando la familia de Cano se comunicó con la joven que les prestaba el teléfono para que ellos pudieran mantenerse en contacto. Ella les comentó que no sabía nada de la pareja y que le preocupaba la forma en la que desaparecieron.
Ante esto, se le pidió el favor de ir a la casa de la pareja para verificar que todo estuviera bien. Al llegar, en primera instancia, encontraron todo en orden, pero sin la presencia de ninguna persona.
Posteriormente, regresaron con más vecinos y se confirmó toda sospecha: a una distancia considerable de la casa, estaban los dos cuerpos, mostrando una escena escalofriante; como sacada de una película de terror.
Supuestamente, el cuerpo de Manuel presentaba heridas provocadas por un machete, siendo torturado al punto de no tener una mano y un pie, además de las graves heridas en el cráneo. Por su parte, Yajaira tenía dos impactos de bala en la cabeza. Todo esto sin ninguna pista de los responsables de este abominable crimen en la Reserva Indio Maíz.
Varias personas colaboraron para poder extraer los cuerpos ya en ataúdes de ese remoto lugar. Los cadáveres fueron montados en un bote con el fin de llegar a sus familiares y poder ser sepultados.