Desde la comunidad Los Aguacatales, la que se ubica en el sector entre San Sebastián de Yalí y la comunidad La Rica, Jinotega; se vive un ambiente triste y desolado, tras la muerte de al menos seis personas por picaduras de abejas.
La historia detrás de esta tragedia es realmente desgarradora. Un bus que llevaba como 20 pasajeros, perdió el control y se salió de la vía, hasta caer en un lugar lleno de colmenas de abejas; las cuales atacaron salvajemente a estas personas.
«Venía el bus y en una curva muy encerrada perdió el control y salió hacia un precipicio como de unos 50 metros, cayendo en unas colmenas que estaban abajo. Fue un desastre que hubo. Fueron como 10 heridos quizás»; expresó uno de los ciudadanos en esta zona del departamento de Jinotega.
«El bus que transporta de El Caracol hacia Yalí, pasa a las 9 de la mañana por aquí en Los Aguacatales. El accidente fue a eso de las 9 de la mañana. El bus perdió el control, el conductor parece que iba hablando por teléfono o chateando, y perdió el control, dio tres vueltas hacia el guindo. Cayó arrecostado a un palo de aguacate, unos cayeron y fueron varios heridos»; dijo otra de las pobladoras.
Madre e hija murieron por picaduras de abejas en esa zona de Jinotega
«Una niña la molestaron bastante las abejas. Todo su cuerpecito hasta la cintura de puro piquete de abejas, había como cinco cajas en el lugar del hecho (…) La señora tenía sus piernas quebradas, brazo lesionado, costillas quebradas»; indicó otra de las vecinas.
Así mismo, Raúl Rodríguez Zeledón, otro poblador clasificó todo lo sucedido como un «desastre. Algo terrible. Lamentamos las muertes y los heridos que están todavía. Damos fuerza a los familiares que están sufriendo este dolor».
Luis Enrique Molina Torres, secretario político; expresó que es lamentable la situación. «Aquí se activó la gente y participamos en el apoyo a las familias y pasajeros que iban en el bus. Conmocionados todos, creo que es primer accidente de esa manera en ese municipio».
En horas del mediodía se realizaban las honras fúnebres, en una vivienda de un hermano de Eneyda, madre de la pequeña.
Ahí llegaron los féretros y ahora comienza el duro proceso del luto; uno que va a enmarcar para siempre a San Sebastián de Yalí, Jinotega.