Indignados se encuentran los habitantes de Rivas, la Ciudad de los Mangos, al conocer sobre la profanación de una tumba.
Aparentemente, personas desconocidas realizaron actos de brujería, puesto que en el lugar fueron encontrados varios vasos de vidrio, veladoras, fotografías con alfileres incrustados, cuero de culebras y huesos humanos.
“Es una barbaridad lo que está pasando con esta gente sinvergüenza que no tienen temor de Dios. Ya no respetan la paz de nuestros seres queridos que ya descansan en Cristo. Me parece mentira que hayan venido a abrir la bóveda, sacar los huesos, hasta parece que hicieron oraciones malas aquí. Es un verdadero sacrilegio lo que hicieron”; dijo Amparo Solís, vecina del camposanto en Rivas.
Al parecer los hechos ocurrieron la noche del martes dentro del cementerio San Pedro de la ciudad de Rivas, pero aún se desconoce quién o quiénes son los responsables del hecho repudiable. Lo cierto es que en el lugar sí se realizaron actos de magia negra o brujería.
No es primer acto de brujería en Rivas
Según testigos de este caso en Rivas, no es la primera vez que ocurren este tipo de situaciones en este cementerio.
Destacaron que en muchas ocasiones han aparecido las bóvedas destruidas y con signos de haber sido utilizadas para fines de hechicería. También dieron a conocer que al camposanto ingresan jóvenes que por gusto destruyen las tumbas donde descansan los difuntos.
Es por tal razón que piden a las autoridades correspondientes incrementar el número de guardas de seguridad en el cementerio.
Además, la instalación de luminarias para evitar que personas sin temor a Dios lleguen a cometer este tipo de hechos abominables; pero también hicieron el llamado a todas las personas que tengan a sus seres queridos en este cementerio a estar más pendientes de ellos.
Recuerde que Dios nos advierte que nos alejemos de la brujería porque sabe que contaminaremos nuestro corazón. Si nos acercamos por curiosidad o porque creemos que es inocente, estaremos poniendo en peligro nuestra fe.
La Biblia nos advierte que nadie debe intentar jugar con las cosas del diablo, incluso nos advierte que por más que estemos firmes en la fe, seamos cuidadosos de no caer (1 Corintios 10:12).