Ronald Emilio Aguilar Morales es un sujeto, quien según su madre es un hombre muy trabajador, pero desde muy joven ha tenido un defecto: las drogas y el alcohol han reinado en su vida. Consecuencia de ello, que ahora lo procesen por un delito violento en Managua.
“Desde que el acusado tenía la edad de 14 años inició a inhalar sustancias alucinógenas (pega de zapato), adicción que se fue incrementando, ya que el acusado empezó a consumir licor y drogas (piedra), entre otras drogas; protagonizando peleas con sus hermanos a quienes les ofendía cuando estaba bajo los efectos de estas sustancias alucinógenas”; se expresó este miércoles en los Juzgados de Managua.
Sus familiares siempre trataron de ayudarle, pero la tentación por ingerir estas sustancias siempre le ganaban la batalla.
La gota que derramó el vaso para esta familia fue el día 11 de junio del año en curso, luego que Ronald Emilio Aguilar Morales iniciara una discusión con uno de sus hermanos, alteración que lo llevó a desconocer a Doña Concepción Morales, su progenitora.
Hechos violentos
«El acusado Ronald Emilio Aguilar Morales llegó y se ubicó en la acera de su casa de habitación, y estando bajo los efectos del alcohol protagonizó una pelea con su hermano Roberto Enrique Aguilar, por lo cual su mamá, la víctima, se dirigió hasta donde estaba el acusado»; es parte de la declaración de hechos en Managua.
Ahí la madre buscó cómo proteger a su hijo Roberto, diciéndole improperios a su otro hijo Ronald para que lo soltera. En un momento de la pelea, el acusado se molestó «y empezó a pegarle a su madre Concepción Mendoza Morales, propinándole un puñetazo en la sien izquierda de la cabeza”.
Luego de estas agresiones que el acusado realizó a su hermano y madre, sacó una navaja de su bolsillo; misma que planeaba enterrársela a su mamá, pero su hermano metió su mano, evitando así que el arma blanca perjudicara a Doña Concepción.
Una madre de Managua que no juzga
A pesar de todo lo ocurrido, Doña Concepción enfatizó en pleno juicio en Managua que ella no juzga a su hijo y que este se merece una segunda oportunidad; pues ella no es nadie para negársela, ganándole así el amor de madre.
«Esto se lo hablo conforme a la palabra de Dios, primera vez que mi hijo cae preso por estas cosas y yo en el nombre de Jesús le puedo dar una segunda oportunidad a él, porque él me dijo que estaba arrepentido de lo sucedido y también me dijo que no volverá a tomar ni a ingerir ninguna sustancia”; dijo la madre en aflicción.
El proceso judicial apenas comienza. La juez primero de juicio en Managua será la encargada de valorar las pruebas que el representante del Ministerio Público presente en contra del acusado, para así dictaminar una resolución de culpabilidad o inocencia.