La madrugada de este jueves 25 de junio en el barrio Pancasán de la ciudad de Bluefields, ocurrió un incendio en que las pérdidas materiales pueden andar por los 80 mil dólares norteamericanos, cuando ocho vehículos taxis y tres motocicletas quedaron convertidos en chatarra, producto del incendio ocurrido en el Parqueo Sinclair.
Dicho parqueo que queda junto a la casa de habitación de los dueños, se convirtió en un horno cuando de manera aún no esclarecida esa parte del inmueble tomó fuego.
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El siniestro se registró pocos minutos antes de la medianoche, así lo dio a conocer Doña Cony Pichardo, dueña del local.
"Escuché como cuando tiran triquitracas, y como en la casa de enfrente había música, pensé que los chavalos tiraban pólvora, pero al escuchar más fuerte el sonido salí al corredor y fue cuando logré ver que el garaje se estaba quemando", indicó.
Control de la situación
Este incendio fue atendido por miembros de la Dirección General de Bomberos y Policía Nacional, logrando apagarlo.
Hoy son ocho cabezas de familias que quedaron en el desempleo y muchos de ellos con costos por deber el vehículo con el cual se ganaban el pan diario, uno de ellos es Juan Carlos Pérez Galeano, conocido como "El Chino", quien dijo que cuando a él le avisaron ya no se podía hacer nada.
El carro que aún debe a un comerciante de esta localidad ya estaba convertido en chatarra. Su deuda es de 16 mil 500 dólares y tenía apenas un año de estarlo pagando.
Así mismo el dueño de otro taxi que se quemó es Jairo López, quien diario salía a ganarse la vida taxeando su vehículo, que también aún debe, una deuda de 8 mil 500 dólares que ahora debe de ver cómo solventar.
Según versión de los dueños del local y de los carros, el cable principal del tendido eléctrico pudo haberse recalentado, ocasionando chispas dentro del local sobre las motocicletas y esto propagó el fuego, una versión aún no conformada por los expertos, ya que el trabajo investigativo se realizaría por horas de la tarde.
En este suceso que dejó grandes pérdidas materiales y económicas no hubo vidas que lamentar, afortunadamente.
