Los campesinos nicaragüenses que acudieron a los lamentos de un joven que cayó este lunes a las 8:05 am en una mina antipersonal en El Bayuncún, San Fernando, se encuentran fuera de peligro.
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Uno, Lorenzo Bautista (Balú) perdió sus piernas y un brazo. Fue intervenido en el hospital Alfonso Moncada Guillen de Ocotal, en Nueva Segovia, y los otros 3 son atendidos en el centro de salud de San Fernando.
Bajo advertencias
Los cuatro trabajadores del productor Octavio Peralta Paguaga, después de escuchar la explosión, habían sido advertidos a que no ingresaran al lugar, donde el joven originario de Totogalpa y residente en la comunidad de El Amparo, se lamentaba del dolor que le provocaban las heridas.
Bajo advertencia y riesgos, ellos entraron motivados por el dolor ajeno y la esperanza de salvar una vida sin importarles que en el área, una montaña inhóspita e inhabitable, podían encontrarse con más minas sembradas durante el conflicto bélico de los años 80.
Riesgos del rescate
A las 11:05 de la mañana decidieron rescatar al muchacho, que se extravió al regresar con un saco de café de visitar a un familiar en el sector fronterizo de Honduras, y cayeron en otra mina, que por la antigüedad el detonante fue débil.
El dueño de la finca reconoció la inmediata actuación del Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional y los bomberos voluntarios de la ciudad Ocotal, que de inmediato se movilizaron al lugar a rescatar a las víctimas. Un helicóptero fue movilizado a la zona para sacar de la manera más rápida a los heridos.
En el lugar un equipo de zapadores del Ejército de Nicaragua trabaja en la detección de artefactos explosivos para limpiar la zona de minas. Algunas áreas que las brigadas de zapadores no lograron limpiar en la década de los años 90-2000 quedaron señalizadas con cintas amarillas de prevención.
