Seylit Parrales vivió en carne propia la violencia de género y a pesar que su vida se vio amenazada, está recuperando su sonrisa y ganas de salir adelante.
Desde su experiencia insta a las mujeres maltratadas a denunciar, insistiendo que donde hay maltrato no hay amor. "Hay que romper el silencio, hay que hablar y hay que pararlo eso. Cuando no se llevan (parejas) hay que separarse mejor, no hay que remediar las cosas por que a veces decimos de que tal vez es por amor que nos pasan las cosas, pero no es así; hay muchas que no la cuentan", relató.
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Seylit ya puede hablar, pero sus órganos continúan débiles.
Reconoce que continuó su relación por darle una estabilidad emocional a su hija. "Seguí con él por mi hija, para que no estuviera sin su padre, pero me estaba haciendo daño a mí y cuando quise ponerle un Alto ya era demasiado tarde", continuó.
Por muy largo y complicado que sea el proceso de encarcelamiento de su verdugo, lo hará pagar lo que le hizo y por su cabeza no ha pasado perdonarlo y menos volver con él.
"Si esta vez me dejo viva en la otra no la cuento, y una persona así no vale la pena darle otra oportunidad. Estuvo en juego mi vida y el bienestar de mis hijos", dijo la jovencita.
No todo es color de rosa
Previo al ataque que casi le cuesta la vida a la joven de 26 años en el barrio El Riguero, de Managua, estaba muy entusiasmada ya que habia conseguido un trabajo que le facilitaría el sustento y lo necesario para sus hijos.
Actualmente sigue en su proceso de recuperación y los médicos le recomendaron no hacer ningún tipo de fuerza. Su apoyo económico y moral es su familia. "Nuestros hijos van a estar con nosotros, un hombre no está toda la vida y hoy fui yo, mañana puede ser otra mujer", finalizó.
La violencia machista o de género puede afectar a las mujeres sin distinción del nivel de ingresos económicos o de educación y sacude la dignidad por igual, con independencia del origen social o el barrio de residencia. Igualmente, puede ser protagonizada por cualquier hombre.
Luchar y seguir adelante
La joven está recibiendo tratamiento psicológico y pese a que enfrenta a un largo y complejo proceso de recuperación, está clara que sus hijos son el motor que genera fuerzas para sobrellevar su realidad.
Una de cada tres mujeres sufre violencia de género en el mundo a lo largo de su vida solo por el hecho de ser mujer, y solo el 27% denuncia, lo que significa que más de un millón y medio de personas sufren violencia de género en silencio.