Inició la tarde de este viernes el juicio oral y público, en contra de nueve integrantes de una peligrosa agrupación, que desde el pasado mes de abril desde el municipio de Jinotepe, realizaban tranques, incendios a instituciones públicas y privadas, asaltos y torturas a decenas de personas, por el simple hecho de pertenecer al Frente Sandinista.
Durante la continuación del juicio, el Ministerio Público ofreció las declaraciones de un oficial de policía, del área de inteligencia, identificado por su seguridad como "código uno", quien aseguró que siguiendo orientaciones de la jefatura de la Policía Nacional, se trasladó de manera encubierta hasta el municipio de Jinotepe, propiamente a la base estratégica que los terroristas habían instalado, y que eran las oficinas del área técnica del INATEC, ahí se percató de quiénes eran los mandos que lideraban cada tranque instalado en barrios y comarcas de este populoso municipios.
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El oficial de inteligencia, quien a la hora que ofrecía sus declaraciones portaba una capucha de color negro para mantener su rostro encubierto, dijo que él pudo observar cómo estos sujetos eran abastecidos de armas y municiones procedentes de Managua que llegaban vehículos a dejarlas con el único propósito de que atacaran a las instalaciones de Gobierno y asesinaran a quienes pensara diferentes a ellos.
Entre los acusados están los sujetos, Alexis Bayardo Bermúdez López, Augusto Antonio Gutiérrez Mercado, Marcos Antonio García López, Lester Antonio Romero Ruiz, Carlos Alberto Cruz Aburto, Jerson Joesman Castro Ortíz, Juan Ramón García Baltodano, Manuel de Jesús Cerda Valerio, Rafael Enrique Acevedo Guevara, la mayoría de estos quienes son defendidos por miembros de la CPDH poseen antecedentes penales por delitos de robo, vagancia habitual y lesiones graves.
Quienes hoy permanecen en el banquillo de los acusados, el Ministerio Público los acusa por diversos delitos, ahora tendrán que responder ante la justicia, y dando la cara también a víctimas sobrevivientes que sufrieron las torturas, ordenadas por la mal llamada Sociedad Civil.