Julio Lupiac Morales, de 36 años de edad, falleció luego de que las herramientas que utilizaba para podar las ramas de los árboles del parque central de la ciudad de Ocotal hicieran contacto con cables de alta tensión, de las líneas primarias la tarde de martes.
Julio era trabajador de servicios municipales de la Alcaldía de Ocotal.
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Al lugar del lamentable suceso, registrado a eso de las 3 de la tarde, acudieron quipos de rescate de los bomberos, Cruz Roja y una Guardia Operativa de la Policía Nacional, para realizar las investigaciones y bajar el cuerpo del pobre hombre que fue remitido al hospital Alfonso Moncada Guillén de Ocotal, pero murió ingresando al centro asistencial.
Según trabajadores de las cuadrillas de Disnorte, los cables son de 12,800 voltios y se descargaron en la humanidad de Julio Lupiac, lanzándolo a varios metros de distancia.
Otros trabajadores de la Comuna, que se encontraban con la víctima, aseguraron que Lupiac podaba los árboles del parque con una vara y machete, y accidentalmente tocó la línea de electricidad.
El accidente dejó sin energía eléctrica a toda la ciudad por aproximadamente media hora.
Las autoridades locales, entre ellos la alcaldesa Xiomara Tercero, al conocer del triste acontecimiento acudieron en respuesta solidaria a la familia doliente.
En contexto
Estelí: Bebió cervezas y luego ingirió "pastillas para curar frijoles"
A eso de las 8:30 de la noche de este lunes se registró un hecho bastante inusual. Un señor de 46 años de edad decidió acabar con su vida ingiriendo pastillas a base fosfina, pero lo hizo de una manera poco común.
Resulta que el hombre identificado como Francisco Castillo Campos es habitante de una comunidad del municipio San Rafael del Norte, en el departamento de Jinotega, y había llegado a Estelí a realizar diligencias personales y familiares, pero al parecer decidió "echarse" una cervecitas bien frías para relajarse pero con la idea que debía regresar a su lugar de origen.
Una vez se dio cuenta que el tiempo para abordar el autobús lo vencía y que en el bolsillo ya no tenía suficiente para seguir tomando, emprendió su viaje de regreso y abordó una unidad de bus que cubre la ruta Estelí – La Concordia, subió como si nada pero lo que no sabían el resto de pasajeros es que Francisco había ingerido "pastillas para curar frijoles".
Una vez el autobús emprendió su marcha hacia el departamento de Jinotega, unos cinco kilómetros habrían recorrido cuando el pasajero en mención empezó a vomitar dentro de la unidad. Los pasajeros se sorprendieron pues aducían que iba demasiado borracho y que por eso estaba en esa situación, por lo que decidieron dar aviso al conductor y éste detuvo la marcha para conocer lo que estaba pasando.