Esta mañana de jueves se presentó un incendio en una vivienda ubicada en Villa Arlen Siu, en Managua, cuyas circunstancias exponen a un hijo que por venganza quemó el hogar donde vivía con su madre.
Un malagradecido hijo se adjudicó ante otros familiares haber pegado fuego a la casa de su madre Lucila Scar, porque no aceptaba que su propia progenitora lo obligara a desalojar el inmueble bajo órdenes policiales del Distrito VI de Managua.
Según confesó la perjudicada, su hijo identificado como Silvio Alberto Buick de 37 años antes de llevar a cabo su macabro plan en la madrugada, ya había trasladado hacia otra vivienda todos sus bienes, y los pocos que quedaban en el inmueble pertenecían a ella, quien reside en Estados Unidos desde hace 28 años.
"Yo salí de la casa y él quedó solo. Solo di la media vuelta y le pegó fuego solo porque le exigí que se fuera de una vez por todas de la casa, que ya no soportaba que mis cosas se vivieran perdiendo. Él con su propia boca le dijo a unas tías que se habia vengado para que yo tambien quedara sin nada", confesó Scar, alegando que su progenitor le exigía la cantidad de 5 mil dólares a cambio de abandonar la casa, ya que supuestamente también había invertido para su consstrucción cuando vivió en Norteamérica y de donde lo deportaron por problemas con la ley.
Ahora en Nicaragua también tendrá que vérselas con la justicia, puesto que ahora pesa sobre su cabeza la denuncia interpuesta por su madre por la destrucción de la vivienda.
Y aunque a Doña Lucila le llevó ocho años de esfuerzo y duro trabajo construir su casa, lo que más le pesa es la quema de documentos muy importantes como pasaporte visado y papeles de residencia estadounidense. "Mañana (viernes) tenía que viajar a Texas, pero el incendio arrasó hasta con mis papeles y ahora eso significa otro problema para mí porque me tendré que quedar más tiempo en Nicaragua. Ahí se me fue todo", concluyó la mujer de origen costeño, agregando que luchará hasta que la Policía Nacional atrape a su vástago, ahora prófugo de la justicia, para que pague por los daños y la deshonra hacia el ser que lo trajo al mundo.