La joven Rosa Elena Rodríguez, de 24 años de edad, se quitó la vida este miércoles en la colonia San Antonio, ubicada a unos 30 kilómetros al Norte de Nueva Guinea, luego de manifestar en reiteradas ocasiones que escuchaba voces en su cabeza.
La mujer dejó en la orfandad a un bebé de a penas 22 días de nacido. Feliciano Fonseca, de 24 años de edad y quien era pareja de la fallecida, manifestó entre el dolor y las lágrimas que su esposa fue una mujer muy atenta durante los cuatro años de relación marital y decidieron tener un hijo, "todo fue normal durante el embarazo, lo esperábamos con mucho amor nuestro niño", expresó. Agregó que "tenía pocos días de haber dado a luz cuando comenzó a escuchar voces que le decían "vámonos", y la insistencia era continua. Manifestó varias veces que se quería quitar la vida, yo le busqué tratamiento para el cerebro, me manifestaba que se sentía peor, la llevaba a la iglesia y siempre con la insistencia de las voces que escuchaba".
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Según Fonseca él le dijo a su esposa que no cometiera una locura, "pero ella decía que no quería seguir más viviendo y hoy que la mayoría de la familia se fue a trabajar, a cortar café, aprovechó de encerrase en la casa y ponerle fin a su existencia, dejando al niño huérfano", comentó.
Cuando algunos familiares observaron que la puerta de la vivienda permanecía cerrada decidieron ver lo que pasaba, fue cuando encontraron a Rosa Elena sin vida. Se dio parte a la Policía y de inmediato se trasladó un equipo al lugar para investigar el caso, la médico forense que asistió a la revisión del cuerpo determinó que Rosa Elena Rodríguez se había suicidado.