El atacante de la ciudadana Z.C.R. no sobrevivió a la dosis letal de "pastillas de curar frijoles" que ingirió luego de asestarle siete puñaladas el fin de semana en Ciudad Belén, Managua, sin embargo la madre de la víctima teme que la familia del ahora fallecido tome represalias y que el calvario aún no haya terminado a pesar del trágico desenlace.
"Aunque mi yerno haya pagado con su vida su mala acción contra mi hija, tengo miedo que su familia arremeta contra Z.C.R más adelante. Talvez al morir él por su propia decisión, piensen que mi hija tuvo la culpa y como ella no murio porque el Señor Jesús le mandó ángeles que la guardaran, quieran más luego vengar la muerte de mi yerno", expresó muy preocupada Doña Rosa Rivas, madre de la mujer agredida por Johnny Alexander Alemán, quien murió abatido por la ingesta de pastillas tóxicas la tarde de este lunes en la sala de cuidados intensivos del Hospital Alemán Nicaragüense.
El penoso hecho sucedió la tarde del domingo en una parada de la Ruta 163, en Ciudad Belén, cuando el ahora fallecido con engaños citó a la mujer en la parada de buses para entregarle supuestamente un dinero, pero en cambio le propinó siete puñaladas en varias partes del cuerpo y de las cuales sobrevivió gracias a la intervención de varios testigos que presenciaron el cobarde ataque.
Rivas está interna en el mismo hospital donde falleció su exmarido suicida, pero fuera de peligro según su progenitora, quien a pesar de la brutal agresión en su corazón lo había perdonado y que le pedía a Dios de que su yerno sobreviviera, pues un tiempo convivió con él cuando era la pareja de su hija y aunque la maltrataba todo el tiempo piensa que algún día pudo haber cambiardo y entregado al servicio del Señor.
Con claras señales que presagiaban una desgracia, Doña Rosa Rivas, una señora de la tercerdad que profesa la fe cristiana, le advirtió a su hija en más de una ocasión que se alejara de Johnny, que con tanta violencia podría acabar mal. Cabe señalar que la mujer víctima de agresión es madre de tres niños producto de una relación anterior y con su agresor sólo tenía un año de convivencia y 15 días de separados.