Un caso poco común ocurrió este lunes en el Juzgado Noveno Distrito Penal de Audiencia, en Managua, donde el Ministerio Público presentó formal acusacion por el delito de homicidio en grado de frustración para la joven Keila Rosa Ruiz Guido de 19 años de edad y Michael Alexander Porras Araica de 21 años, quienes se metieron en la vivienda de Argentina de los Ángeles Bermúdez Aguilar, de 27 años, donde la obligaron a salir a la calle para gritarle ofensas y agredirla con mucha violencia.
El hecho se dio en Ciudad Belén el día 11 de agosto a las 11:20 minutos de la noche, los acusados llegaron hasta la vivienda de la víctima a quien luego de amenazarla de muerte ambos la golpearon provocándole lesiones en distintas partes del cuerpo. Se conoció que la causa de la agresión fue provocada por celos que tenía Keila con su vecina.
Según el Ministerio Público una vez que golpearon a la víctima dentro de su propia casa, la obligaron a salir a la calle gritándole fuertes ofensas, por lo que ésta respondio que saldría pero que "a manos limpias" (pleito a golpes) con la hoy acusada para arreglar las diferencias, por lo que ésta aceptó.
Una vez que salió de la vivienda empezó la riña, acto seguido Michael le pasó un cuchillo a su esposa Keila para que asesinara a su vecina, asestándole dos heridas en el brazo derecho, pero gracias a otros vecinos lograron separarlas y quitarle el cuchillo a la hoy acusada.
Minutos después la víctima fue llevada al Hospital Alemán Nicaragüense, lugar donde médicos curaron sus heridas mientras agentes de la Policía Nacional del Distrito VI de Managua lograron capturar a ambos agresores.
La juez Indiana Gallardo luego de escuchar la intervención de ley al Ministerio Público, representado por José Camilo Zapata, dio la palabra al abogado defensor quien dijo que familiares de los acusados habían llegado a mediación con la víctima a quien le pagarían por las lesiones sufridas, por lo que la judicial otorgó el derecho a la víctima para que explicara la situación: "Señora juez perdone pero yo quiero terminar con este asunto, yo perdono a éstos que me golpearon, después que yo era amiga de ella y éramos buenas vecinas, pero por celos le agarró la locura y ahora estamos aquí. Yo los perdono y le pido los deje en libertad, por amor a mis hijos y al de ella quien está embarazada, retiro toda denuncia y le ruego los deje en libertad".
La judicial también dio el derecho a la palabra a los acusados quien llorando se acercaron a la víctima para pedirle perdón y que por favor retirara la denuncia y que no dejaran que los condenarán por este hecho pues la mujer tiene seis meses de embarazo.
La judicial conforme ley dio desestimiento al caso y ordenó su inmediata libertad, pues dijo que si la víctima retira la denuncia y suplica que deje en libertad a los acusados, pues conforme ley así se hará.
El matrimonio llorando daban gracias a Dios y a la víctima por retirar la acusación y aprovecharon para decirle que serán buenos vecinos con ella y que estarán siempre a sus órdenes.