La madre de la jovencita Ana Carolina Granera García, asesinada en Casares, agradece que la Policía esté trabajando minuciosamente en el caso, pues no han descansado en juntar pruebas y atar cabos para dar con el autor o los autores del crimen.
Aunque hasta el momento no hay nadie detenido, la Policía y su equipo de Inteligencia continúan trabajando y procesando toda la información que les indique quién o quiénes serían los culpables de este indignante hecho que mantiene en zozobra a familiares de la occisa.
Extraoficialmente se conoció que existe un hombre que frecuentaba a la joven, pero la familia nunca lo conoció, sin embargo la Policía trabaja este dato y descartó la información de que el sábado que la joven se dirigía a clases y no se presentó, también faltaron tres de sus compañeros. Los que se presumía estaban con la joven, pero dicha información luego de ser investigada se descartó, pues los jóvenes no tienen nada que ver, ya fueron interrogados y eximidos de todo vínculo en el caso.
Mientras la Policía trabaja en la investigación, la casa donde habitaba Ana Carolina luce desolada y dentro solo se respira aires de tristeza y dolor, una mesa con un mantel blanco, dos velas encendidas, un vaso de vidrio con agua y una foto de la hoy occisa hacen ver que en la humilde casa hay luto.
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Algunos curiosos aseguran que el vaso con agua que se encuentra al centro de la mesa lo colocaron para que el espíritu de la fallecida llegue a beber agua durante los nueve días de su camino hacia el eterno descanso e incluso que las dos velas le indican el camino al espíritu para que este sacie su sed.
En el pequeño barrio Maria Auxiliadora, segunda calle, aún se comenta la triste historia de Ana Carolina, para muchos sigue siendo un misterio el cómo llegó a dar su cuerpo hasta las costas de Casares y por qué sus cosas no aparecen.
Según vecinos, La joven solía ser muy apartada, formal y no salía de su casa, más que para ir a la escuela, pues se mantenía cuidando los niños de su hermana mayor (sobrinos), mientras esta trabajaba.
La madre de la jovencita, doña Martha Lorena García, sigue pensando que está viviendo una pesadilla, afirma que es un dolor inmenso que no la deja tranquila, "por las noches sueño con ella y me parece que aún está viva, pero la realidad es otra. Quiero que la muerte de mi hija no quede impune como otros caso, de otras jóvenes, no descansaré hasta que se haga justicia y se esclarezca su muerte, pues mi hija no se merecía morir así, de esa manera tan brutal", aseguró doña Martha. Añadió que lamenta haber sepultado a su hija en la madrugada porque el cuerpo estaba en estado de descomposición, pero que al menos logró tenerla unas cuantas horas en su hogar, donde jamás volverá a verla sonreír.
La foto que colocaron en el pequeño altar, es la que le fue entregada en su colegio como recuerdo para su bachillerato. La joven le dedicó su bachillerato a su mamá, por ser incondicional con ella. Ana Carolina era una joven muy disciplinada, activa en clases y con buenas calificaciones, no logró cumplir sus sueños y recibir su diploma de bachillerato este 02 de noviembre, pues sus sueños fueron truncados por un ser despiadado que arrebato la vida de esta joven que apenas iniciaba sus metas.